El crujido de las hojas secas de otoño Rompiéndose bajo mis pies su manos frías me detienes de golpe el dolor es profundo que no puedo forcejear para liberarme siento otra presencia cerca de mi Una luz impide mi visión por fin la mano afloja su amarradura. Salgo corriendo para penetrarme en el bosque siento que mis pulmones queman trato de controlar mi respiración me sostengo de un árbol en el que sus ramas caen de forma monstruosa con la luz de la luna Sigo andando para llegar a casa corro sin parar paso rápido por el puente colgante pero algo sobrevuela por encima de mi baja partiendo el cielo estreñido; me apresuro a parar el puente pero no lo consigo el consigue tumbarme en el suelo de madera me asfixia no puedo moverme solo me quedan unos segundo y mi fuerza se desvanece ya no lucho mi mente solo grita por oxigeno