En Tu Pantalón

Pantalones

¡Era su amigo por todos los cielos! No tienes pensamientos pecaminosos con tus amigos, menos cuando se había encargado de hacerle saber fervientemente que no era su tipo, que nunca podría gustarle y sin embargo, ahí estaba, Min Yoongi, embobado mirando la manera en la que se ajustaban esos malditos pantalones a la figura de su amigo.

¡Malditos pantalones de yoga! En ningún otro momento se sentía de esa manera con Jimin, a veces se preguntaba si su amigo no lo hacía a propósito.

O al menos eso quería pensar, mientras miraba fijamente a su amigo quien estaba levantando una pesa bastante grande, primero bajaba, dejando a la vista únicamente su trasero, luego subía, y bajaba y subía, y volvía a bajar, haciendo que ese bendito pantalón se tensase perfectamente justo donde debía.

Comenzó después de las fiestas de fin de año, después de comer como cerdos de engorde, los cachetes que se cargaban los dos, decían más que mil palabras, sin embargo, ambos estaban redondos y felices hasta que sus amigos se emocionaron con los apodos.

Entonces comenzó el plan de ponerse en forma juntos, si juntos engordaron, juntos adelgazarían.

En casa de Jimin, su padre tenía equipos para ejercitarse y les evitaba la perdida de la poca dignidad que les quedaba, el problema surgió cuando Yoongi notó que no solo los cachetes del rostro de Jimin estaban especialmente redondos.

Pero no era simplemente que notó que su amigo tenía un buen par de... piernas, ¡eran esos pantalones! Y parecía que a Jimin le encantaban pues tenía varios y los usaba a menudo, luego de ejercitarse por un rato, terminaba tan duro que eventualmente Jimin lo notó.

¡¿Dónde estaban los agujeros a China cuando más los necesitas?! Jimin se burló de él durante toda una semana pero Yoongi nunca admitió que tenía una erección por estar viéndole el trasero a Jimin y Jimin tampoco lo mencionó, si lo sabía o pensaba que era por otra cosa, todavía era un misterio para Yoongi.

Se suponía que estaba ejercitándose pero en su mente todo giraba alrededor del elástico del bendito pantalón que colgaba distraídamente de la cadera de su amigo.

En las noches solo podía pensar en ¿cómo sería bajarlos y descubrir lo que ocultaba con tanto descuido? O, ¿Qué clase de ropa interior usaba Jimin, incluso, usaba ropa interior? ¿Sus nalgas serían tan suaves como las imaginaba? Eran cosas que no le dejaban dormir y ya empezaba a cansarse de su mano.

Por lo que llegó a una resolución, él era Min Yoongi, ¡Él nunca se había acobardado por nada ni nadie!
La siguiente sesión de ejercicio le diría a Jimin exactamente lo que pensaba de su trasero y a continuación haría exactamente lo que tanto había soñado.

¡Y así lo hizo! Nadie jugaba con su mente, así que en cuanto terminaron de estirarse y mientras un adolorido Yoongi lucía una furiosa erección, jaló a Jimin a su regazo después de advertir de sus intenciones y escuchar a Jimin quejarse de que era un cerdo ¡Por fin lo tocó! Se deleitó durante algunos segundos de tocar el bendito trasero que se marcaba deliciosamente en ese pantalón, y rápidamente se convirtió en el número uno de su lista.
La suave tela sobre dos masajeables montículos de músculo, era mucho mejor que en sus fantasías.

Lo único que no fue suave, fue el puño que un furioso Jimin estampó en su mandíbula.

¿Había resultado el entrenamiento de Jimin?
A juzgar por la fuerza con la que lo golpeó, sí.

¿Tenía Yoongi tres días sin comer?
En realidad ni podía hablar del dolor.

¿Había valido la pena?

Desde el dulce sonrojo en el rostro de su amigo, el suave gemido que salió de sus labios, sentir el calor corporal de su amigo a través de la tela a las palmas de sus manos.

Cada maldito segundo.

Luego de una semana enojados, dejaron en el pasado el suceso. Pero la siguiente sesión Jimin empezó a usar una horrible pantaloneta verde.

Sin embargo, Yoongi ya había descubierto las formas que ocultaba su amigo bajo ese horrible harapo y sabía que eventualmente el pantalón de Yoga volvería, aunque tuviera que quemar cada maldito pantalón en el mundo.