Prólogo

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Ambos sabían que lo que vivían era un breve descanso hasta que Reiga se repusiera de la ultima batalla, quien sabe si sería en esta vida o quizás en una próxima reencarnación. Solo les quedaba vivir el ahora, y eso es lo que hacían.

Tanto Luka como él sabían que su tiempo juntos era valioso, no habían avanzado demasiado pero al menos habían dejado de lado un poco los formalismos y cordialidades, había más confianza entre ambos y aquello era palpable para todos aquellos que pertenecían a su círculo más cercano.

Una mañana como cualquiera, una gran descarga de energía ocasionó que todos los habitantes de la mansión crepúsculo se reunieran en el lugar. Los guardianes Zweilt estaban alerta, Luka mantenía a Yuki detrás de su cuerpo para protegerlo en caso de ser necesario, sin embargo, cuando el humo que había causado la descarga de energía se despejó, pudieron observar a una chica de piel blanquecina y cabellos de un castaño oscuro. Pero, lo que más les llamó la atención a todos, fueron los hermosos ojos plateados que los observaban desde el centro de todo aquel alboroto.

— Papá! —aquello, sin duda, les tomó por sorpresa. Aquella chica, de no más de unos 15 años, se lanzó hacía Luka, el cual estaba igual de sorprendido que todos—. Te extrañé —después solo escucharon pequeños sollozos provenientes de ella y aquello solo desconcertó más a todos los presentes, sobretodo al castaño que se encontraba detrás del azabache—.

¿Qué era lo que estaba sucediendo ahí?

La Traición no conocerá nuestros nombres (Uraboku) [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora