Escritores. ¿Qué es un escritor realmente? Al leer una historia, una novela, no somos conscientes de lo que está ocurriendo realmente. Nos escabullimos en la mente del escritor. Nos encontramos, ni más ni menos, explorando los rincones más oscuros, los recovecos más profundos del pensamiento de éste. Escritores son aquellos que se exponen abiertamente al mundo. Se dejan juzgar ampliamente, permiten que lectores sin criterio alguno sean portadores de lo que ha sido por mucho tiempo, su refugio, su hogar. Una vez oí decir que siempre encontrarás un pedazo de un escritor en sus historias. Porque, al fin y al cabo un escritor alberga esperanzas entre las páginas de un libro. Forja amistades duraderas las cuales le acompañan en un largo, cansado e inolvidable camino.
Me fascina la habilidad de crear algo de la nada. Dar vida a personajes, crear historias. Todo con el simple hecho de utilizar la complejidad de las palabras. Siempre he creído que las palabras son mágicas. Sí, suena infantil. Suena ingenuo. Pero de veras creo que solo hay una cosa en este mundo equiparable a la fuerza del amor; palabras. El poder y fuerza de las palabras está subestimado. Las palabras resuenan en nuestro subconsciente sin darnos cuenta. Nos corroen por dentro, para bien y para mal. Dejando una casi imperceptible melodía la cual perdura junto a nosotros hasta el resto de nuestros días. De hecho, fueron unas simples palabras las que dictaminaron mi destino. Quizás si nunca hubiera posado la vista en esos finos trazos de tinta mi vida hubiera tomado una dirección completamente diferente. Si no fuera por esas palabras que se esculpieron en mi mente, reticentes a abandonar mi ser, jamás se me hubiera pasado por la cabeza dedicarme al mundo de la literatura, nunca me hubiera planteado escribir un libro y no me encontraría en estos momentos a punto de embarcarme en lo que probablemente sea el viaje más fascinante de mi vida.