❝Dulce❞

245 29 2
                                    

Como era de costumbre llevar a los presos más letales a las afueras de Seúl, Jungkook era el que se encargaba de ello, ya que en los pequeños pueblos hay menos inseguridad y menos civiles, y si por mala suerte llegaban a cometer un error al encerrar el preso correspondiente y este llegase a escaparse causaría daño pero con menos poblaciones y menos intereses económicos. Y si, Jeon sabía que ese hecho era escalofriante el tan solo solo saber que civiles que el conocía de ese pequeño pueblo el cual es conocía llegasen a morir por una irresponsabilidad de los oficiales.

Jungkook fue en una camioneta policial asegurada por casi todo metro del vehículo: Manejando estaba Hoseok de copiloto iba Jin y en la parte de atrás iban Namjoon y Jungkook junto al preso correspondiente.

De una manera extraña el preso que se encontraba en el piso con esposas en sus brazos y un detector de alcance en su pie comenzó a reír de forma sarcástica provocandole un escalofrío a Nam y un punzada en la cabeza doliente del castaño.

— ¿De que te ríes, imbécil?—Pregunto el castaño de forma brusca y totalmente cortante.

— Este pueblo. Yo vive acá de niño.—Miro por ultima vez a la ventana y dijo con un aire de nostalgia.—Tal vez si sus policías no hubieran sido tan imbéciles yo aún viviera acá con mi familia.

Jungkook quedo muy confundido, y miro a Nam, pero se dio cuenta de que Nam estaba hablando por la ventanilla central con los de adelante y no le presto ni la más mínima atención a la confesión del preso. Jungkook por si parte se alegro un poco de que el fuese de acá porque eso significaría de que si se escapase tal vez no heriría a nadie, o bueno eran algunos aires de esperanza del castaño.

Por otro lado seguía confundido por lo que había dicho, así que se arriesgo.

Espero que no cometa ninguna estupidez. 

— ¿Hola? ¿Policía guapo? ¿Sigues en esta tierra?

Jungkook se dio cuenta de que paso mucho tiempo pensando lo que Min había dicho y sin darse cuenta se sumergió en sus dudas internas.

—Si, te escucho.—Dije serio y dominante, apoyando una mirada posesiva, en cuanto a YoonGi al ver esa mirada le dio un escalofrió por la espina dorsal.—¿Podrías explicarme eso de los poli - — 

— Ya llegamos, bájense y tenga cuidado con el idiota.

—No hacen falta los insultos, después de todo no destrozaría un rostro tan lindo.—Dijo Min mirando al castaño con un leve sonrojo y una sonrisa. 

Jungkook inmediatamente pensó dramáticamente que si sonrisa coqueta era linda y que para ser un asesino tenía aires de Romeo. Luego se metió un golpe mental al escucharse decir eso y se enojo consigo mismo.

— Bájate.

Con esa ultima palabra el castaño agarro por el brazo al preso y lo arrastro hasta la entrada de la cárcel del lugar. Se escuchaban los gritos de los otros presos al ver se integrado a una de condena de muerte, algunos abuchearlo y otros piropeando.

Y si, Min YoonGi había sido condenado a cadena de muerte por lo homicidios multiples y sangrientos que había cometido en tan solo 72 hrs. Mato a más de 34 oficiales en tan poco tiempo, jamás hirió a ningún civil ni mucho menos, pero si creo mucho caos en las plataformas policíacas y causo mucha familias rotas.

Y como no decir que me gusta.

A Jungkook le fascinaban este tipo de cosas, ya que por eso comenzó esta carrera y confesando sobre los recuerdos del castaño, ya el se había acostado con otros presos que también tenían un rostro lindo similar al de Min. Le encantaba la adrenalina que corría por su cuerpo al cometer esos actos implícitos con un preso. Tal vez eran fetiches arros, pero a Jeon le gustaban y nadie lo sabía.

sweet prison | kookyoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora