Mudarnos

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Todo iba comenzar como un día normal y cualquiera para Riley Anderson.

Mente de Riley

- Muy bien chicos, ¡hora de levantarse! - exclamó Alegría tocando con felicidad su banjo.

Todos desganados salieron de sus habitaciones.

- Algún día voy a romper esa cosa - advirtió Furia.

- Conseguiré otro, como con el acordeón - sacó burlona la lengua.

- Alegría - llamó Disgusto - Son las siete de la mañana, ¡¿qué puede ser tan importante como para interrumpir mi sueño de belleza?! -

- ¿Ya lo olvidaron? - tiró el banjo - ¡Hoy tenemos juego! - dijo saltando de emoción.

- ¿Y eso que? - tomó el periódico comenzando a leer - Los haremos comer hielo, como siempre -

Alegría se soltó grandes risas durante unos minutos.

- Que gracioso eres Furia - se secó las lágrimas.

- Yo aún no entiendo porque nos despertaste tan temprano - preguntó tímidamente Tristeza.

- Hoy necesito que se pongan a trabajar para anticipar muchas cosas, todo debe ser perfecto - declaró la peliazul - Así que Furia, piensa como acabar con ellos sin mandarlos al hospital -

- Le quitas la diversión - exclamó sonriendo maliciosamente.

- Disgusto, necesito que hagas algo con el cabello de Riley, recuerda que la última vez tuvimos inconvenientes con eso -

- Haré que sea cómodo y práctico pero sin perder el estilo - sonriendo arrogante.

- Miedo, necesito una lista de las posibles fracturas que podríamos tener o hacerle a los demás -

- Ya la tenía pero agregaré algunos más - dijo mientras se iba a los libros.

- ay por último pero no por eso menos importante, ¡Tristeza! -

- ¿Si? -

- Si llegamos a perder o a lastimarnos quiero que estés a mi lado para pensar en formas de tranquilizar a Riley- dijo sonriendo.

- De acuerdo Alegría, pero antes de eso tengo que hablarte de algo - dijo neutral.

- ¿Tiene que ser ahora? - preguntó danzando por la sala.

- Bueno, supongo que podría hablarte de ello más tarde pero esto es -

- ¡Genial, entonces ya quedamos! -

- Claro - exclamó Tristeza haciendo una mueca.

- ¡Este será el mejor día de nuestras vidas! -

Afuera de la mente de Riley

Estaba muy emocionada por el juego de hoy.

A sus diecisiete Riley se había convertido en una hermosa chica, tenía el cabello hasta la cintura, se lo ató con prisa.

- Riley, el desayuno esta listo - llamó su madre.

Bajó las escaleras saltando para ir a dónde su madre.

- Buenos días, mamá -

- Buenos días, cielo -

Al ver que solo colocó dos platos la miró confundida.

- ¿Y papá? -

- Lo solicitaron más temprano en el trabajo, al parecer le tienen noticias - dijo con una sonrisa

hiro x  rileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora