Es medio día y las piernas de Harry duelen; han pasado casi tres horas desde que salieron a caminar y Louis no quiere detenerse, todo por ese asqueroso vibrador que se encuentra dentro de él, golpeando repetidas veces en su próstata y llevándolo a constantes orgasmos.
H se detiene cuando siente una nalgada en su trasero debajo de su falda, levantándola y empujando el vibrador más profundo en él, suelta un pequeño grito cuando una mano toma su miembro y otra pellizca uno de sus pezones.
"P-papi, por favor... Estamos en público y alguien puede vernos " Dice en un susurro cuando la boca de su novio chupa su cuello.
"No me interesa bebé, tú rogaste por esto, desobedeciste mis órdenes" Harry gime y empuja su trasero hacia la mano en su culo.
"Pero han pasado tres horas, llevo cuatro orgasmos y no hemos parado de caminar. Ni siquiera cuando ese chico miró..." L le da un azote cuando menciona al chico, soltando un gruñido y mordiendo posesivamente su cuello.
"Ni lo menciones, solo harás que te ponga sobre aquel auto y te rompa"
Todo comenzó con Harry queriendo probar su nuevo juguete, sus lindas bragas y la falda corta que había comprado en una tienda de lencería para chicas, Louis obviamente negó, no queriendo que todos vieran a su lindo chico destrozado después de tantos orgasmos; sin embargo H insistió tanto hasta que L accedió, convencido de que ese día no habría casi nadie merodeando por la calle y los pasillos de un supermercado.
"Papi, ¿podrías poner el vibrador dentro, por favor?" Pregunta el ojiverde agachándose hasta que su culo queda en el aire y su entrada a la vista, su novio gime al dar un vistazo y rápidamente lleva su lengua hasta su orificio. Louis se encarga de chupar hasta que el pequeño Harry se corre una vez más, gritando su nombre. Limpia su pancita quitando cualquier rastro de semen y besa su pequeño agujero.
"Vamos bebé, te esperaré allá abajo, no tardes mucho"
Sin embargo, Harry se arrepentía ahora, tenía los ojos llorosos y su pequeño pene estaba demasiado sensible, su próstata estaba sobreestimulada y no creía aguantar más. Justo cuando estuvo a punto de decirle a Louis que quería detener ese castigo él mismo se estaba dirigiendo al auto, H agradeció mentalmente por al fin poder sentarse y quizá dormirse un rato.

ESTÁS LEYENDO
Je me lance, vers la gloire, ok
KurzgeschichtenNo hace falta una descripción para esta historia ya que fue eliminada :D