Me conoció como un tutor estudiantil atractivo. Se dio cuenta de que estaba interesado en ella. Fuimos amigos. Después hubo escenas en las que hubo más que roces inocentes, podía causar un efecto en ella, y ella en mí. Había una conexión mutua y ella lo sabía. Pero ellos lo estaban echando todo a perder.
Unos meses después, sus padres no tardaron en reportar la desaparición a la policía, las noticias lo señalaban. Podía verlos desgarrados, desesperados. Los comprendía. Sus amigos no paraban de hacer anuncios en internet sobre su paradero o de entregar volantes en las calles.
Entonces interrogaron a una fila de posibles sospechosos y finalmente culparon a su ex novio de asesinato. ¿Quién lo diría? No habían estado en malos términos. Eran amigos. Pero la policía no creía eso, encontraron una blusa con el ADN de ella en su habitación.
Hay un millón de razones por las que la elegí a ella. La deseaba, realmente lo hacía. Y una clase completa de chicos también. Ese era el problema, ellos eran demasiados para un solo hombre, eran demasiados para mí. No podía deshacerme de ellos, pero si podía ocultarla a ella solo para mí. Cautiva y solo mía.