Comencemos de nuevo.

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El reloj tocaba las 19:30 y con eso, el sonido de la puerta "TOC, TOC".

- Ahí voy. – el rubio se acercó a su puerta, giro la llave y abrió. -¿Y tú llave? – la castaña estaba del otro lado, con una caja en sus brazos, vistiendo una camisa larga anaranjada y unos shorts cortos; mientras que el rubio solo vestía unos pantalones jean dejando al desnudo su pecho.

- Ya no puedo usarla. – Mimi entro al departamento de Yamato. - ¿Y qué tal todo? – tomo asiento en el sillón del comedor y dejo la caja encima de la mesita que se encontraba delante.

- Bastante bien, tome la decisión de irme con Sora a los Estados Unidos.... No lo había dicho pero fui elegido para un intercambio... – Yamato se quedó parado a una distancia del sillón.

- ¿Hum? ¿En serio? – Ella comenzó a sonreír. - ¡Me alegro tanto por ti Yama!

- Gracias... Supongo que a ti te fue bastante bien, esa camisa te queda apropiada.

- ¿Verdad que si? Es de Koushiro... me la presto, pero cuando fui a casa a cambiarme me di cuenta que no me la quería sacar más. – los ojos de ella encontraron otra caja al lado de la suya.- ¿Son mis cosas?

- Sí.

- Esto pareciera como si fuéramos una pareja que término y se devuelven sus objetos.

- Básicamente, es eso.

- ¡Oh Yama! ¿Estas rompiendo conmigo? ¡Qué cruel! ¡Puedo cambiar!– Dijo en tono dramático Mimi.

- No seas tonta... - Contesto Yamato. – fue divertido mientras duro.

- Si... lo fue... ¿Suena un poco ridículo, no? Casi 4 años estuvimos sin ellos... perdidos, caminando hacia la nada en cuestiones emocionales, vuelven y ponen nuestro mundo en órbita.

- No sé si es ridículo... Pero me siento aliviado.

- ¡Yama! Hay algo raro en tu rostro... como una curva que jamás había visto antes ¿Y esos ojos? – él entendió perfectamente la metáfora de ella, era cierto Yamato no dejaba de sonreír, y cada vez que hablaba de Sora sus ojos se iluminaron.- ¿Así luce un tonto enamorado? –él corrió su rostro.

- ¿Qué dices? Tú tienes la misma cara.

- ¿A que si? ¡Me siento tan feliz! De haber sabido que era tan fácil, me hubiera ido con él... ¿Por qué no los seguimos en ese momento?

- Porque nuestros planes eran diferente a los de ellos... ¿Koushiro se ira de nuevo?

- No, se quedara a terminar sus estudios aquí, ya que el viaje de intercambio termino.

- Ohhh mira tu cara de tonta enamorada.

- Cállate.... – los dos se miraron y comenzaron a reír. - ¿Te diste cuenta?

- ¿De qué?

- Que nuestros cuerpos ya no se atraen... estas sin camisa, y yo en short, y ninguno ha saltado por el otro... - tanto tiempo, tantas veces haciéndolo y esta era la primera vez que no se atraían como imanes, siempre fue instantáneo los labios de uno buscando los del otro, sus manos impacientes, pero esta vez...  no paso nada. 

- Es cierto... - Yamato tomo su cabeza – ahora si estamos en órbita.

- ¡Yei! – La castaña se levantó del sillón. – Supongo que debo irme ya, Kou me está esperando abajo.

- ¿¡ah!? ¿le contaste?

- Algo así, no quiero que haya secretos entre nosotros... pero descuida, no está enojado... bueno si lo está, pero consigo mismo.

- Entiendo... ¿Y tú carro?

- Estem... esta "roto"...

- ¿Y ese tono?

- Una pequeña mentirita. – dijo mientras guiñaba un ojo.- Mi idea era irme con Kou sí o sí y si hoy usaba el carro, no sabría que excusa poner.

- Que mujer tan astuta.

- ¡Lo sé! – la castaña levanto la caja con sus objetos y camino hacia la puerta. – Bueno Yama... fue realmente un placer engañar a mis sentimientos contigo.

- Lo mismo digo.

- Siempre serás mi favorito.

- Ja- Ja... tonta.

- Jajaja – el rubio le abrió la puerta. – En serio, espero que seas muy feliz... será triste que te vayas pero...

- ¡Oye! No es una despida, seguimos siendo amigos.

- Lo sé pero... ¿No estábamos rompiendo? – ambos rieron. – Espero mi invitación a tu boda.

- Lo mismo digo Mimi... - el rubio la acompaño hasta la salida, donde vio a Izumi esperando a Mimi impaciente, Yamato movió su mano saludando a Koushiro, él le devolvió el gesto. La castaña se voltio y abrazo muy fuerte al rubio no era un adiós, era el cierre de una etapa que les había enseñado mucho, ambos entendian eso, pero a pesar de que sus encuentros lujuriosos acabasen ambos sabían que la amistad no acabaría y que de vez en cuando caería un mensaje del otro.

Seguramente que sería incómodo para todos las próximas fiestas, pero nada que el tiempo no podía solucionar... el tiempo... el tiempo... ese mismo enemigo que maldijeron Yamato y Mimi, por no poder curar sus heridas, pero el mismo enemigo fue quien coloco de nuevo en sus caminos a aquellas personas que despertarían lo puro de sus corazones, el mismo enemigo que haría que vuelvan hacer felices. Tanto Koushiro como Sora, también habían tenido sus deslices en sus viajes, compartían algo en común "la culpabilidad" de abandonar a quien decían querer más allá de todo, Pero a ninguno le resulto, a veces por mucho que te esfuerces en engañar a los sentimientos, no funciona, basta con mirar a los ojos a aquella persona que mueve todos tus sentidos para entenderlo, ellos lo sabían.

No podían creer aun, como ayer estaban cayendo en los más profundos de los infiernos y hoy sentían que estaban en lo más altos de los cielos ¿Así actúa este sentimiento? ¿Esto era amor? ¡Qué lindo es estar lleno de este sentimiento! En este punto ¿Qué importaba el pasado? Era momento de vivir el presente y caminar hacia el futuro, hay tiempo de sobra para volver hacer las cosas bien, para volver a sentirse bien y sentir que le corresponde a la otra persona, al fin y al cabo, ¿Quién está libre de pecado? 

No podían creer aun, como ayer estaban cayendo en los más profundos de los infiernos y hoy sentían que estaban en lo más altos de los cielos ¿Así actúa este sentimiento? ¿Esto era amor? ¡Qué lindo es estar lleno de este sentimiento! En este punto ...

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Engañemos a nuestros sentimientosWhere stories live. Discover now