The Way She Moves (Choi Minho x Reader)

One

Era una de esas noches calientes de verano cuando la conocí por primera vez, ella bailaba al son de alguna canción latina de la cual no se el nombre o siquiera lo que dice pero cada vez que la escucho, siempre recuerdo la manera en la que se movía; como si fuera una con la música.

Ella definitivamente no era como las chicas con las que estaba acostumbrado a salir, empezando por su esbelta figura, con curvas de infarto que harían a cualquiera delirar incluyéndome, su manera de pensar era simplemente fascinante, yo sabia que las personas de occidente tenían una manera diferente de pensar, pero la manera en la que ella ve el mundo me hace tener una perspectiva diferente de lo que me rodea. A pesar de que a veces su fuerte carácter me sacaba de quicio, al final siempre terminaba entre mis brazos y yo en los de ella.

La noche que la conocí, Key me había convencido de salir a disfrutar de la noche. Él había escuchado de un nuevo pub que había abierto en el barrio Americano de Incheon, cerca a la base militar de los Estados Unidos y después de que terminara convenciéndome, ambos salimos en compañía de Onew quien siempre disfrutaba de salir a tomar cuando no teníamos nada que hacer.

Cuando llegamos al lugar, topamos con la sorpresa de que se trataba de un bar latinoamericano, lo bueno de Incheon es que estaba lleno de extranjeros y no era como si ellos se preocuparan por unos cantantes que decidieron ir a divertirse un viernes por la noche. El lugar tenía un buen ambiente, música sonaba por todo el lugar y por supuesto había una gran multitud de cuerpos sudorosos que se movían al compás de la canción.

–Kibum, ¿estás seguro de que venir aquí es una buena idea?–pregunte a mi amigo que ahora iba en camino a la pista de baile acompañado de una morena, muy guapa si soy honesto–Vamos Minho, la noche es joven al igual que nosotros, solo disfruta–Onew puso su mano en mi hombro y sonrió, suspire; si ya estaba aquí tenía que al menos disfrutarlo así que seguí a mi amigo hasta la barra, tal vez un poco de alcohol era lo único que necesitaba.

Estaba en mi segunda bebida escuchando como Onew me hablaba de como la cita que tuvo el otro día fue un desastre total cuando mis ojos cayeron en ella. Se movía como si fuera la única en el lugar, su largo cabello castaño o tal vez negro estaba amarrado en un messy bun para que no se pegara con sudorosa frente. Su cuerpo tenía las proporciones correctas, no muy grande ni muy pequeña y por supuesto con esas curvas que solo las latinas tienen, llevaba una falda larga que dejaba ver sus piernas de vez en cuando mientras que sus hombros estaban al descubierto por un top negro, jamas había visto a alguien como ella en mi vida. Estoy seguro de que si los ángeles existen, ella sería una perfecta representación de ellos.

–Si cierras la boca las moscas no se meten–Onew me saco de mi transé y rió al ver como me había enganchado con la chica de espléndidos movimientos que ahora se dirigía a la barra–es linda, háblale–Onew le dio un último trago a su bebida y se fue dejándome en compañía de la chica a quien ahora tenía a mi lado y tenía una conversación muy amena con el bartender en lo que supongo era español, entonces la escuche reír y jure que ese había sido uno de los sonidos más lindos que había escuchado en mi vida.

–Hey, ¿porque estás tan solo?–Key al fin había aparecido, y ahora estaba a mi lado pidiendo algo de beber–hasta Onew está bailando a pesar de que no conoce la música–mi amigo señaló a la pista en donde Onew bailaba o al menos eso intentaba entonces escuche a la chica reír de nuevo, al parecer estaba siguiendo lo que hablábamos, Key busco a la dueña de las melodiosas risas y abrió sus ojos como platos al ver a mi ángel–¿Gia?–él llamó a lo que parece ser su nombre, la chica entrecerró sus ojos en dirección a nosotros y sonrió enormemente–¡Kibum!–Gia, corrió a los brazos de mi amigo y ambos se fundieron en un abrazo frente a mi, entonces noté las flores negras que eran parte de su antebrazo al igual que las múltiples perforaciones en su oreja y el aro que colgaba del lado izquierdo de su nariz, definitivamente, cada vez me me parecía más interesante.

–Minho, esta es mi amiga Gia Beaumont, Gia, este es mi amigo Choi Minho–Key me saco de mis pensamientos y me introdujo a quien se convertiría en mi perdición y la luz de mi ojos por lo que me quedaba de vida.