Llegaste, trajiste contigo el frío del invierno, pero también el calor de una llama. Entraste por mis puertas como una brizna de aire y te quedaste en mi pecho volviendote un tornado. Me llenaste de las mejores risas, esas que quieres aguantar y no puedes, los abrazos más anhelados esos que necesitas en momentos malos y que te hacen sentir que no estás solo. Y me diste lo que más necesitaba, felicidad.
Llegaste y contigo volví a ser yo, llegaste y mi mundo de gris brillo con mil colores, llegaste y desde que te vi quise estar contigo. Llegaste y te quedaste conmigo, solo puedo decir gracias y quererte como si fuese el primer día después de tu llegada.