Capítulo 1

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Ubicación: El bosque

Siempre he pensado que hay dos tipos de personas: las conformistas, y las inconformistas. Yo, particularmente, pertenezco al segundo grupo, y sé que tengo que frenar ese impulso por rechazar lo mundano y querer más de ese adictivo elixir que te hace sentir "especial". A veces ese elixir se ve reflejado en las palabras de tus padres cuando sacas buenas notas, o ese comentario motivador del profesor que te hace volar por un mundo de increíbles sensaciones y experiencias. Pero nunca tienes que dejar que ese elixir te haga volar tan alto que el sol queme y desgarre tus alas, para terminar impactando tan fuerte contra la realidad que te pierdas a ti mismo en el proceso.

Por eso es bueno cuando alguien, ya sea con un comentario o con una acción, te hace volver de tu limitada ensoñación. En cierto modo, soñar, ya sea dormido o despierto, es como una droga, siempre quieres más y más. Por eso tengo la teoría de que los adultos en algún punto de su vida sufrieron una sobredosis que les dejó sin sueños, sin afán de más, simplemente con esa monotonía rutinaria del día a día. O han descubierto que todas esas ambiciones han sido machacadas por el gigante al que llamamos vida.

Me gusta volar, volar por esas posibilidades infinitas, pero he aprendido a ponerme una alarma que me devuelva a la realidad lo justo para saber quién soy. Porque de verdad que hay veces que necesitamos algo que nos muestre como somos, lo que realmente somos. Porque ni nosotros mismos lo sabemos con certeza.

Ahora mismo estoy mirando al pálido cielo que me devuelve el gesto con desesperación, y la decepción me llena cuando no encuentro respuestas en su intensa mirada. Solo me muestra lo que quiere que vea de él, el suave lienzo azul, moteado con todo tipo de verdes de las altas copas de los árboles que bañan el bosque. Pero esconde maravillas que no logro entender, esconde estrellas tan brillantes que deslumbrarían el cielo, enormes meteoritos capaces de destruir nuestro pequeño mundo con un doloroso impacto... Todos ocultamos algo. Y los peores secretos, son aquellos que comienzan como un susurro.

FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora