[6] Naranja

9.8K 2.2K 330
                                    

"Tú eres mi estrella de cristal.

Yo sé que aún en la oscuridad serás mi guardián."

Y pasaron los meses. Pasaron meses duros donde intentamos seguir adelante. Te habían destrozado y tenías miedo de la gente pero, cuando Taehyung vino llorando a ti pidiendo perdón por meterte en ese mundo, tú lloraste junto a él y lo dejaste abrazarte. Para mí no sería tan fácil, incluso si me sentía culpable de dejar que mi mejor amigo se perdiera a sí mismo.

Los vi a ambos avanzar entre tropiezos, pero avanzando de todos modos. El brillo en tus ojos volvió con el tiempo así como las sonrisas geométricas de Taehyung. Nuevamente eras amarillo, Jungkook, o lo más cercano a él.

Me dejabas abrazarte, tomar tu mano y besarte, pero mis caricias se habían vuelto inocentes cuando tu cuerpo se convirtió en un frágil cristal.

Estamos en mi cuarto, recostados en mi cama, besándonos con ansiedad. Mis manos con suerte se rozan por sobre tu ropa porque tengo miedo; de herirte, de hacerte recordar. Me alejo de ti por lo mismo, porque temo de mis propios actos, de mis deseos. Te sientas en la cama, mirándome confuso, desabotonando tu camisa cuando notas mi intención de levantarme. Trago saliva con dificultad y te miro suplicante, porque no quiero hacer esto; no quiero hacerte esto. Pero en cambio buscas mi mano y la acercas a ti, a tu cuerpo, pidiéndome con tus ojos que te toque.

Estás asustado, puedo verlo en tus ojos, pero creo que más asustado estoy yo cuando cedo y te recuesto sobre el colchón nuevamente, inclinándome para besar suavemente tus labios mientras mis dedos acarician tu tersa piel como si de seda se tratara. Estás temblando bajo de mí y estoy a punto de detenerme por segunda vez cuando tus brazos envuelven mi cuello pidiéndome que no lo haga.

―Hazlo ―Pronuncias con claridad, con la seguridad que no es capaz de expresar tu cuerpo. ―Quiero hacerlo contigo

Y, ¿recuerdas nuestra primera vez? Esto fue lo más cercano a eso, a nuestros yo del pasado demasiado jóvenes, inexpertos y soñadores. Mis movimientos son delicados, un poco letárgicos. Los gemidos que salen de tu boca son tímidos, pudorosos. Veo las lágrimas en tus ojos cuando te preparo y mi propio cuerpo deja de pertenecerme y tirita ante el terror de estar infundiéndote miedo. Porque no quiero que tengas miedo de mí, Jungkook. Porque incluso si todos en este asqueroso mundo quieren hacerte daño, prometo que yo nunca lo haré.

―Está bien ―Murmuras al notar mi pánico y tus dedos se enredan en mi cabello mientras me dedicas una suave sonrisa. ―Porque eres tú, está bien

Entro cuidadosamente, apretando los dientes mientras resisto el impulso de actuar como un animal. Suspiras con desosiego y muerdes tu labio con fuerza, mirándome a través de la cristalina agua que estorba en tus ojos. Me quedo quieto, esperando una señal, admirando tu rostro cubierto de sudor mientras respiras pesadamente. Me gustaría que te vieras, Jungkook, porque el color del atardecer que entra por mi ventana es brillante, nos baña y te pertenece a ti.

El naranja sí es un color para ti, porque acabo de descubrir que puede ser tan cálido y precioso como el amarillo.

Entreabres tus ojos, buscando los míos, y cuando lo encuentras, sonríes y articulas el consentimiento para que me mueva.

Vuelvo a escuchar mi nombre desvaneciéndose en tus labios. Vuelvo a sentir tus manos frotándose con ansiedad contra mi piel. Vuelves a llenarte de mi amor y yo del tuyo, Jungkook, repitiendo tantas veces mis sentimientos por ti que al terminar ya no me queda voz, sólo mis protectores brazos que juran amarte sólo a ti por el resto de mi vida.

El sol se esconde, el atardecer acaba. Pero tú, mientras duermes junto a mí, todavía eres color naranja.

Todavía eres hermoso, Jeon Jungkook.


Colores [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora