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LA ODISEA DE MI AMOR .

Sentir su cálido aliento en mi cuello después de probar aquellos labios sabor a miel y menta era una sensación como probar un elixir de estrellas en domingo, tan gratificante y energizante que me hacían querer levantarme un día lunes a las 4AM solo para dar cinco vueltas al vecindario mientras el sol salía de su escondite entre las montañas y los edificios.

Y la verdad es que no podía ser más que feliz con aquel hermoso ángel de labios carnosos y perfecta piel que se comparaba con la porcelana, su cabello rubio alborotado cuando lo tocaba y su sonrisa infantil que salía por pequeñas cosas como uno de mis malos chistes.

Le hubiera jurado a todos los dioses existentes que aquel sentimiento era amor, que esa pequeña llama de lujuria no definía mi compromiso con él, que era una tormenta de estrellas fugaces en una noche de año nuevo y copas de vino burbujeante. Le hubiera jurado y prometido a cada uno de los dioses que yo no era impulsado por mi soledad a quedarme a su lado, que mi vacío estaba tan lleno de sus besos y palabras de amor que no era necesaria cualquier otra cosa para completarme, y efectivamente, se lo juré a todos los dioses que pude conocer, incluso pude jurárselo a las estrellas.

Pero así como amamos, como reímos y como nos sentimos insatisfechos, así como queremos la respuesta de cada uno de los hermosos y espeluznantes secretos del universo, así, exactamente con esa misma naturalidad, nosotros mentimos, incluso a nosotros mismos y no, no lo sabes hasta que el asteroide cruzó la atmosfera y se impactó en el suelo creando un cráter.

Así como nuestros antepasados creían que la tierra era plana y que los dioses eran el sol, la luna, la lluvia e incluso a veces el fuego, no pude ser más ignorante al creer que el amor de mi vida serían unos besos dulces llenos de un sabor a durazno; porque el amor, no se trataba precisamente de besos y caricias, aunque se unieran los cuerpos de una forma perfecta y con sintonía creando un éxtasis incomparable, el amor se trataba más de unir tu ser con el de alguien más... sin si quiera darte cuenta.

Por ello, quizás tú no eras el amor de mi vida, me di cuenta después, cuando mi ser, los peces y las aves crearon un sonido y un retumbar en mi corazón; el día que lo miré a él.

No, tampoco me refiero a la primera vez que lo miré, porque esa fue tan casual como mirar el brillo de la luna en una noche de mayo.

Mirar la luna para junio ya tenia otro significado y fue, precisamente porque una vez, tan casualmente, lo miré a él.

y sí, mi corazón retumbo, latió, se escuchó y gritó.

sólo un único grito lleno de ansiedad y soledad, deseando más que la sintonía lujuriosa de unas desenfrenadas caricias; deseando amor de verdad.

起承轉结 !! (♡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora