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Jack Skellington era un muy buen tipo, según todos decían. Carismático y popular dentro de Halloweenland, amado por todos los monstruos y escalofriantes espíritus que allí habitaban.

Te debes estar preguntando, ¿Qué es Halloweenland? El orígen de cualquier espíritu, o monstruo. Allí viven todos. Una ciudad donde reina el terror, los monstruos y, obviamente, Halloween.

Ese día era el más importante entre los demás: Halloween estaba por llegar y con él la gran celebración que todos acostumbraban a llevar a cabo, llena de dulces, y sobre todo trucos. Los presentes parecían muy felices arreglando el pueblo y organizando cosas por aquí y por allá.

Luego de tanta preparación, la noche comenzaba a caer. Sus habitantes emocionados comenzaron a juntarse en el centro del pueblo, donde estaba la fuente. Esperaban a Jack, la estrella de la noche, el rey de la ciudad. Entre ellos se encontraba Sally, una jóven muñeca de trapo hecha con el esfuerzo de su creador, un viejo hombre de un aspecto muy extraño. Ella estaba perdidamente enamorada de Jack, y ya no podía esperar a verlo llegar y derramar terror y emoción por donde pasase.

-¡Esto es Halloween!-. Los gritos se escuchaban por aquí y por allá, todos corrían y se pechaban. El alcalde intentaba calmarlos avisando a los gritos que debían comenzar a juntarse formando una pasarela para darle la bienvenida al famoso cadaver.

Gritos de emoción y cantos comenzaban a escucharse aún más fuerte, esto significaba que él estaba por llegar. Sally intentaba ver por la montaña de millones de cabezas, cráneos y hasta tentáculos que se había formado frente a ella.

Entre la niebla y los millones de seres, pudo divisar una silueta que se acercaba. ¡Era Jack! Llevaba una calabaza en su cabeza y daba vueltas en su caballo de madera. Poco a poco se acercaba, y cuando estaba a tan solo unos pasos de Sally, se encendió en llamas. Todos sorprendidos gritaban a su alrededor, mientras el seguía bailando en su caballo.

"Esto es Halloween 
¡Gritos hasta el fin! 
Vamos a aclamar al señor de este lugar, 
el rey Jack gran rey de nuestra ciudad, 
todos de pie ante el gran rey Jack. "

Los monstruos cantaban y levantaban los brazos. Todos gritaron al ver como Jack saltaba hacia la fuente aún rodeado por el fuego y lentamente salía de allí sin la calabaza, con su típico traje blanco y negro, y su moño con forma de murciélago. Saludaba y agradecía a todos los presentes mientras Sally veía el espectaculo apoyada en un árbol lleno de pequeños esqueletos, sonriéndo al ver a su amado.

Todos aplaudían felices, y iban separandose de la fuente, dandole espacio a Jack.

-¡Gracias, gracias a todos!-. Gritaba Jack mientras se acercaba a todos los presentes.

-No, gracias a ti Jack, has sido un gran organizador-. El alcalde se notaba satisfecho-.Definitivamente el Halloween más espeluznante de la historia-. Afirmó.

-No diga eso, alcalde-. Jack se sentía realmente orgulloso de su trabajo, todos parecían felices.

-¡Eres un gran maestro! ¡Tienes mucho talento!-. Un grupo de brujas se acercaron a él. Sally miraba con una gran sonrisa, deseaba más que nada estar a su lado. Aunque en tan solo segundos fue interrumpida...

-¡Ya se ha ido el efecto de las pastillas que me habías puesto en la cena! ¡No estás hecha para tantas emociones!-. El doctor Finklestein, creador de Sally,  intentaba alejarla de la multitud tomándola del brazo desde su pequeña silla de ruedas.

-¡Sueltame!-. Trataba de alejarse la pelirroja.

-¡Vendrás conmigo!-. El "hombre" dio vuelta su silla en dirección a su casa, aún tomando el brazo de Sally. Ella descoció el pequeño hilo azul que unía su brazo, haciendo que el pobre viejo cayera de su silla e impactara sobre el suelo. La muñeca aprovechó el momento para salir corriendo, dirigiendose al cementerio.

Mientras Sally intentaba escapar de su loco creador, Jack lidiaba con las millones de ofertas que los monstruos le ofrecían. Aprovechó el momento en que el alcalde comenzó a repartir los premios y escapó de allí.

Caminó por la solitaria ciudad, en camino al cementerio, donde Sally se encontraba sentada, arrancando pétalos de una margarita y pensando en si algún día llegaría a estar con la persona que más amaba. Jack pasó por las gastadas rejas, y Sally al escucharlo se escondió detrás de una de las lápidas.

El esqueleto siguió su camino, aún sin notar que allí estaba ella, aunque Sally ya se había acostumbrado a sentirse así. Pasó por algunas lápidas hasta llegar a una muy diferente a las demás. Esta era más pequeña y se veía como una casita para perros. Allí estaba grabado el nombre "Zero", y a los pocos segundos la mascota de Jack apareció.

Zero era un perro fantasma. Con sus grandes y muertos ojos negros al igual que su dueño, y sus largas y blancas orejas que flotaban de la mísma manera cuerpo entero lo hacía. Tenía una gran nariz roja que alumbraba un poco entre la niebla y la tenebrosa oscuridad que los inundaba.

Así caminó Jack junto Zero y también Sally, aunque el no estuviera enterado.

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11/10/17.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2017 ⏰

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