Capítulo 1: ¿Buen humor?

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Los rayos del sol pegan contra mi cara provocando que mis ojos se abran de poco a poco, al ya estar completamente despierta comienzo a sentir un poco de frío, y me doy cuenta de que estoy en ropa interior. 

De inmediato me alarmo y me levanto, y me doy cuenta que no estoy en mi habitación, mi corazón late con fuerza, me acerco a la ventana y abro las cortinas dándome cuenta de que éste barrio en dónde me encuentro no es de mi país.

Mierda, mierda, y más mierda.

¿Dónde estoy? ¿Acaso me secuestraron para prostituirme? ¿Y si me violaron? ¡Hay no! Le tenía muy guardada a mi virginidad.

—¿Samantha? —pego un saltito en mi puesto y me doy vuelta para ver a la persona quién me está llamando. —¿Es enserio? Te dormiste con el pelo mojado y con ropa interior.

Idiota Sam, estás en la casa de tu tía por tu mal comportamiento.

—Tía te he dicho que sólo me digas Sam. —bufo y me acerco a ella dejando un beso en su mejilla. —Me quede dormida, tenía mucho sueño. —alzo los hombros restandole importancia.

—¿Quieres ya desayunar? —asiento acostándome. —Sam me llamaron del trabajo y me dijeron que tengo que viajar para Nueva York. —me queda mirando triste. —Lo lamento preciosa, de verdad quería pasar más tiempo contigo.

—No te preocupes Tía, es tu trabajo cuando regreses tendremos más tiempo. —sonrío.

—Okay. —suspira. —Ahora mismo te voy hacer el desayuno. —sonríe. —¡Oh! Y Sam... —la miro para que siga hablando. —Ya mismo llega tu regalo de bienvenida. —frunzo el seño y ella se va.

Bueno, ojala que no sea nada que le haya costado mucho dinero, me daría mucha vergüenza.

Tomo mi celular y veo que tengo algunos mensajes de mi madre, de mi padre, de Jake y de Liv, hay que obsesivos... me doy cuenta de que sin mi no pueden vivir. 

O tal vez sólo quieren asegurarse de que estoy bien acá para que ellos puedan seguir con sus vidas allá.

Dejo de pensar al ver la pantalla de mi celular una foto de mi mejor amigo y yo.

—¡Jake! —chillo emocionada.

—Samantha. —murmura un poco serio. —¿Sabías que es una falta de respeto hacía tu mejor amigo no avisarle que llegaste bien?

—Hay Jacob, no seas exagerado, recién llegue ayer por la noche, quise bañarme y dormir, así que no me reclames. —oigo un sonido demasiado molesto y alejo mi celular de mi oído. —¡Dios! Que sonido para mas molesto. ¿En dónde estás? ¿En medio de una guerra?

—Nop, estoy en un lugar mucho mejor. —arqueo una ceja.

—¿En un prostíbulo? —el suelta una carcajada al igual que yo.

—¡Sam! ¡Baja ahora! —oigo el grito de mi tía. —Ya está tu sorpresa aquí. —canturrea y yo suelto una risita.

—Bien idiota, debo irme. Mi tía me tiene un "sorpresa". —imito su voz y el ríe. —Nos vemos, te llamo después.

—Eso he oído otras veces. Pero bueno, ojala te guste tu sorpresa. —arrugo mi nariz. —Adiós...—alarga para después colgar.

Raro.

Me pongo un short de tela, me libero de la cosa más molesta que usamos las mujeres, el brasier, y encima me pongo una camisa blanca al igual que mi short, me pongo unas pantuflas y me dirijo a verme en el espejo y me recojo el cabello en una cola alta. 

Bajo corriendo las gradas con mi celular en la mano, al ya estar abajo mi celular vibra, miro mi celular y es un mensaje de Olivia.

"Espero que te desmayes cuando veas la sorpresa."

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2017 ⏰

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Un amor posiblemente imposible/ Fede Vigevani.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora