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Nada es eterno, el tiempo pasa, las generaciones pasan, las gentes van y vienen, pasan por tu vida, amores que vienen y se van, unos vuelven y otros no..., amistades que desaparecen, pasan los años, te vas haciendo mayor, vas observando como la soledad se apodera de tu vida, ya no tienes a esas amistades, ya no tienes a esa mujer a tu lado, ya no tienes a tus padres y a nadie a quien recurrir, sales a la calle, observas lo que te rodea, vuelves al barrio de la niñez para hacer aflorar esos recuerdos felices, pero observas que todo ha cambiado, te ves solitario y te enfrentas a la soledad, esa amiga que nunca te ha abandonado por mucho que creas que nunca ha abandonado, pero esta vez viene para quedarse a vivir contigo, ya no hay vuelta atrás..., hay que ser valiente, luchar, coger la espada del guerrero, todos los guerreros luchan hasta el último aliento, hasta el último soplo de su vida, no voy a ser menos..., no quiero que me llamen cobarde..., no lo he sido ni lo seré jamás...

Los cobardes mueren mil veces, pero los valientes solo una vez, cuando mueras, será cuando te llegue el final, cuando hayas cumplido la misión que te han encomendado en la vida, sé que todavía me queda mucho por caminar, no sé si solo o acompañado, pero lo que si sé es que hay que luchar..., si la señora soledad me acompaña que así sea, pero jamás tiraré la espada ni el escudo de la lucha, jamás.

ROSAS PARA NADIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora