Capítulo 1.

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Hay veces que me pregunto del porque estoy aquí, encerrado en una prisión, de que es lo que hice para merecer esto o porque siento tanta indiferencia.
Me sentido perdido y sin razón para vivir que ya no me importa violar él reglamento y tener en consecuencia mi muerte.

Antes no era así.

Mi vida de pequeño fue buena, unos grandiosos padres, dos hermanos menores que hacían él hogar fuera un maravilloso sitio y un gato gordo de pelaje castaño que casi siempre se escondía de los dos traviesos.

En ese entonces tenía 14 años, cabello corto y castaño claro y algo bajo de estatura.

Yo ayudaba a mi padre a cuidar sus sembrados de arroz todos los días, y todos los días me contaba una historia mientras cosechábamos él arroz
una de esas tantas veces me percaté de que él estaba callado y lo notaba preocupado.
–Padre– volví mi cabeza hacia él –¿Ocurre algo?– El solo miro con sus ojos tristes, pequeños y verdosos; acto seguido se puso firme, levanto la mirada y con su radiante sonrisa me dijo que todo esta bien, pero, eso no fue verdad.

Después de horas estando en él sembrado de mi padre, decidimos volver a casa, aquel día deseábamos un buen baño, la deliciosa comida de mi madre, ver a los traviesos jugar y después un siesta.

Llegamos en él atardecer y  a lo lejos se veía mi madre y hermanos esperándonos para la hora de cenar.
–hey katerine– Gritó mi padre alzando su mano en  forma de saludo –Hey Daron– respondió.
Mis padres tenían esa rara costumbre de saludar se, pero a nadie le molestaba, más bien era gracioso.
–Oh mis hombres, están muy sucios– ella me tomo de las mejillas y después empezó a revisar si tenía heridas.
–Mamá, estoy bien– Sonreí
–Esta vez no se calló – se burló.
–Está bien, ahora vallan se a duchar.

Después de la ducha, todos nos reunimos a cenar.

–Ana, Carlos, no juegen con la comida – regaño mi madre a los pequeños.
Ana, tenía él mismo color de ojos que mi padre, un verde mas claro y Carlos como los de mi madre, verdes pero oscuros.

Cada que terminábamos de cenar, jugábamos o hablábamos, no era para nada aburrido, siempre había algo bueno que contar, pero aproveché él momento de decirle a mi padre que es lo que pasó hace unas horas.
–Padre, ¿Por qué tanta tristeza en tu rostro?–mi padre se sorprendió. –Fue solo miedo, no sé que haría sin ustedes– Respondió.
Mi madre sabía él porque y me dijo que solo fue una pesadilla que tuvo.

No sospeché y si lo hubiera hecho, esto jamás hubiera pasado.

¡Ta-da! Nueva historia, espero que les guste mucho. uwu
No tengo mucha creatividad pero espero que disfruten la disfruten. ;-; <3

AVISO: LA ETERNA MELODÍA.
Como  ya sabrán muchos, tengo otra historia, todas mis criaturas que la han leído, ¡les pido perdón!, quizá la haya abandonado un poquito,bueno, bastante... Pero en cuanto sepa que añadir le, la seguiré escribiendo.

Bueno, ¡Eso es todo mis criaturas lectoras! Nos leeremos en un par de años. (?) u,v,u

🌸 ¡Bye-bye! 🌸

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2017 ⏰

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