Y nunca arrepentirse
de esos pequeños
actos de valentía...
De sujetar una mano,
de luchar por un sueño,
correr en sentido opuesto,
gritar si todos callan,
reparar un corazón,
prestar un hombro,
caminar codo a codo,
detener el cabello,
mirar a los ojos,
enamorarse sin más…Sólo entonces la vida
se siente de otra forma…