Un idiota con sentimientos ||Pliroy||

Zeus

Arte hermoso hecho por IsisbelleNS 

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"No estoy solo, dijo el niño. Tengo un cachorro".

­—Jane Thayer—.

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Yuri giró la cabeza hacia un lado, desentendido de lo que Viktor parloteaba con tanto entusiasmo. Había alcanzado a ver un destello de color rojo perdiéndose tras el recodo del pasillo que daba a la salida trasera del salón y estaba seguro de quién se trataba.

Jean había recibido malas noticias, eso era obvio luego de ver la expresión siempre alegre y demasiado sonriente del canadiense cambiar a una apagada ¡hasta se había quedado mudo! y eso era motivo más que suficiente para sospechar. No es que a Yuri realmente le importara saber acerca de los asuntos de quien él consideraba su rival, pero la curiosidad estaba tomando lo peor de él en ese momento. Simplemente no era normal ver a JJ actuar de esa forma. Y eso le molestaba.

Se dio una bofetada mental como anticipación antes de excusarse y salir del grupo donde Viktor y Georgi continuaban contando anécdotas sobre Yakov, escurriéndose inadvertidamente por el mismo pasillo donde momentos antes divisó la figura huidiza del canadiense. Si se daba prisa tal vez lograría alcanzarlo.

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El patio trasero del hotel estaba vacío.

Yuri dio un par de vueltas, mirando en los rincones en busca de la presencia del otro patinador, pero no veía nada. Estaba comenzando a impacientarse y, como solía sucederle, la irritación se hizo cargo de su humor ¿dónde se había escondido ese idiota? Y peor aún ¿por qué carajos él lo estaba buscando? De seguro había peleado con su estúpida novia y ahora estaba lloriqueando patéticamente en algún rincón oscuro. Estaba a punto de devolverse, lamentando el haber salido del salón, cuando vio una figura sentada en una de las últimas bancas del patio. Solo.

Dudó unos segundos, indeciso, pero como aún quedaban resabios de su anterior irritación unidos a su curiosidad innata, decidió avanzar. Averiguaría qué le pasaba al idiota aunque fuera para burlarse en su cara si era algo tan tonto como una pelea de noviazgo.

—Hey —al oír la voz, Jean levantó la cabeza algo asustado—. ¿Qué estás haciendo aquí?

La voz de Yuri salió tajante, un poco demasiado dura. Pero, de nuevo, él no era una persona amable, mucho menos con JJ. Frunció el ceño en espera de la respuesta.

Jean lo miró con sus ojos grises muy abiertos, como si aún no creyera que él estaba ahí.

—¿Yuri?

El ruso chasqueó la lengua, fastidiado.

—¿Acaso me veo como alguien más? Te hice una pregunta.

Jean parpadeó, un poco enredado; ver al menor ante él le confundía.

—Yo —miró por el costado de Yuri hacia el patio. No había nadie más—, supongo que... quería estar solo.

Los ojos esmeraldas lo observaron con dureza, como si quisieran desentrañar el verdadero significado tras esa frase. Por fin, esa boca pequeña volvió a abrirse.

—No es propio de tu ego el estar solo. Pero ya que solo es eso... —inició un movimiento para retirarse, pero la mano morena de JJ lo detuvo antes de que diera otro paso. El canadiense le dio una mirada diferente a las que acostumbraba verle, más significativa y sincera; una mirada que hizo que su estómago se apretara de forma incómoda.