Era de mañana hacía frio y las paredes de mi dormitorio estaban húmedas,en la ventana corrian unas cuantas gotas producida por la humedad y mi respiración.
Estaba acostada en mi cama envuelta en las frazadas que estaban a una temperatura que me encantaba,sin embargo tenía que levantarme.
Abrí la llave de la regadera espere a que estuviera tibia para meterme bajo los chorros de agua;
Cuando terminé de asearme me vesti con el aburrido uniforme escolar que me hacia ver terriblemente desproporcionada;
Un chaleco tres tallas mas grandes que la mía, una faldita dos dedos sobre la rodilla y unos enormes zapatos que hacían ver mis canillas mas pequeñas de lo normal en fin;
Peine mi cabello rebelde que a pesar de mis esfuerzos por mantenerlo liso y ordenado la niebla despertaba el efecto friz en el.
El olor a tostadas subida desde la cocina hasta mi habitación, el apetito había surgido en mi ferozmente, llevaba ya tres días sin alimentarme la tristeza se había apoderado de mi, hace 5 días mi hermana mayor América había
fallecido,"la última" había dicho y fue esa última dosis la que la mato. No había ido a la escuela,al parecer cuando fallece algún familiar la escuela te da una semana para estar en casa, como si estar en casa alrededor de depresivos me fuera a hacer mucho mejor, que estupidez.
Tome mis cosas: un bolso típico de los 80 dentro estaba el uniforme de gimnasia y unos par de libros; cogi mi móvil donde tenía agendado "examen de trigonometría"
-Genial-bufe sarcásticamente mientras baja los escalones hasta llegar al comedor, mi madre estaba sentada mirando su móvil, raspe la garganta para tener su atención pero solo me miro y curvo las comisuras de sus labios, acto seguido se dio media vuelta y subió rapidamente las escaleras;
En el comedor habían dos tostadas con envueltas en mermelada y un jugo de un color anaranjado, tome el vaso voltee el jugo en la fregadera y deje las tostadas en el plato del perro.
Veía todo negro y un silencio profundo se apoderaba de aquel lugar,pasaron solo unos segundos de que abriera mis ojos y despertara, estaba sentada en el autobús escolar, mire por la ventana y todavía íbamos por la oscura avenida que atravesaba el pequeño pueblo en que vivia; era un poco espeluznante, la rodeaba un bosque oscuro y para hacerlo un lugar mas hogareño poseía una neblina que calculo llegaba unos 20 centímetros desde el piso hasta la rueda del autobús, atravesando el bosque nos introducimos en el centro del pueblo, unas vueltas por aquí por allá y estábamos en la puerta de el colegio.
tenía mi casillero abierto dentro de el había un espejito redondo tres fotografias pegadas y unos cuantos libros
avance apresuradamente dando enormes pasos por el pasillo hasta llegar a la entrada de el salón gire la manilla avance solo un paso cuando me si cuenta que estaba sosteniendo la respiración; todos estaban mirandome como si hubiera entrado un fantasma por la puerta, me quede es putrefacta apretando mis manos haciendo que mis nudillos se tornaron de un tono blanco
-Sam, que gusto verte- dijo la profesora Mariel -adelante toma asiento-.
avance hasta llegar a un puesto vacío.
-Definitivamente trigonometría no es lo mío- bufé -nada parece ser lo tuyo- escuche una voz familiar detrás de mi voltee a verla, Katherine, era una chica realmente simple, por eso estaba junto a ella era lo suficientemente divertida como para mantenerme distraída sin desesperarme.
estábamos en el casino, Katherine jugaba con los fideos en el plato, la comida de este lugar pocas veces sabe bien y al parecer hoy no era una de esos días, yo miraba atentamente un libro que ella había sacado de la biblioteca para estudiar biología, levante la mirada un momento y mire a mi alrededor, luego mire un poco mas aya donde mi hermana solía sentarse me quede inmóvil sentí como el corazón me palpitaba con fuerza en la garganta, nuevamente estaba aguantando la respiración, exhale todo el aire que había aguantado haciendo que me encogiera de hombros, clave mis uñas en las palmas de mis manos con tanta fuera que mis nudillos se tornaron de un color blanco, de repente algo llamo mi atención atras de la mesa de la que se sentaba mi hermana, había un chico, tal ves unos 2 años mayor que yo, me estaba mirando, pero al darse cuenta que me había percatado de su mirada, me miro a los ojos e indiferentemente volteo a mirar hacia otra parte -y ese quien es- susurre, aunque fue lo suficientemente audible para Katherine quien volteo para ver a donde miraba -a el, es del chico que te había hablado a inicios de clases, chico de ciudad fue transferido a esta escuela debido a que sus padres se mudaron aquí por cosas de trabajo, ya te lo había dicho- dijo mientras movía la mano de un lado hacia otro, yo solo rodee los ojos y volví la mirada hacia el, llevaba guantes sin dedos, una corta viento negro y debajo el aburrido uniforme, tenia el cabello castaño y lo llevaba peinado hacia arriba y al lado los rasgos de su cara en suaves pero sus ojos eran de un negro profundo que me habrían erizado la piel, era muy guapo pero en este momento había mejores cosas en que pensar.
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Sam
Lãng mạnSam, una chica de 16 años que tras sufrir de la perdida de su hermana América, todo en ella cambio, había dejado la comida y estaba siendo consumida por la depresión cuando apareció el, parecía su salvación, el comienzo de todo, la vuelta a la felic...