Capítulo 1

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- ... Es antinatural, no fuimos concebidos como especie para mezclarnos con los animales, los cambiaformas son una aberración de la naturaleza y estamos mejor sin ellos. Las estadísticas de los últimos años demuestran que..

- Baekhyun, hijo, ¿estás bien? ¿Por qué no comes?

No, Baekhyun no estaba bien. No era capaz de tragar ni un bocado del plato que tenía delante, pero no podía decirle por qué a su madre. Las ideas políticas de sus padres le daban asco, los discursos que esas personas hacían sobre los cambiaformas y su rechazo a ellos le hacían hervir la sangre, pero no podía decirle eso a las personas que lo estaban manteniendo en ese momento. No podía decirles que sus ideas eran retrógradas y que lo que le impedía comer, era el hecho de que pensaran así.

- No me encuentro bien -prefirió mentir, levantándose de la mesa-. Voy a acostarme un rato a ver si se me pasa.

Se levantó, dejando allí su plato al que apenas le había dado un par de bocados y se marchó a su cuarto. Debería estar acostumbrado, se dijo, pero no era capaz de soportarlo, realmente.

Hacía al menos veinte años que los cambiaformas habían sido legalmente expulsados del mundo humano. Tras varios incidentes que habían comprometido la credibilidad de los cambiaformas, la mayoría humana clamó por su seguridad y fueron expulsados y aplastados sin misericordia, convertidos en parias o muertos. Desde entonces, no se había visto ningún cambiaforma ni en aquella, ni en ninguna otra ciudad. Baekhyun apenas era capaz de recordar al único amigo cambiaforma que había tenido en su infancia, y de eso hacía ya tantos años que tan sólo le quedaba un recuerdo de aquel niño.

Se tumbó en la cama de su antiguo cuarto, tapándose con la sábana y cerrando los ojos, tratando de controlar la agitación en su interior. Pero ni cerrar los ojos lo ayudó, porque las paredes de aquella casa parecían de maldito papel y aún le llegaba el sonido de la televisión, seguramente ahora retransmitiendo la mesa redonda de opinión de aquel canal, llevando a sus oídos comentarios desagradables.

Realmente no tenía sentido, pensaba Baekhyun. Viviendo con sus padres, lo normal habría sido que él también rechazara a los cambiaforma, pero no era así. Quizá aquel amigo que tuvo fue el que lo hizo ver que eran tan normales como él mismo, que no había que temerlos ni odiarlos. Pero no pudo seguir explorando los sentimientos torpes de un niño de siete años; los cambiaformas fueron expulsados y aunque recientemente se había hablado a nivel político de derogar aquella ley con una consulta popular, la realidad era que aún mucha gente estaba en contra. De ahí el mitin político y aquella mesa de debate repugnante.

Baekhyun abrió los ojos y se incorporó, sacudiendo la cabeza que estaba aún más embotada que antes de acostarse. Bajó al salón y se despidió de sus padres, necesitaba volver a casa.

- Pero si te encuentras mal deberías quedarte aquí -la preocupada voz de su madre lo hizo sonreír suavemente.

- No te preocupes, mamá, iré dando un paseo, así me despejo.

Le dio un beso en la mejilla y sacudió la mano para despedirse de su padre, que seguía sentado en el sofá.

El aire fresco del anochecer en las afueras de Seúl lo hizo sonreír, notando cómo su cabeza y su estómago comenzaban a asentarse. Tal y como había dicho, comenzó a caminar por las solitarias y suavemente iluminadas calles, dirigiendo sus pasos sin prisa hacia su casa. Quería a sus padres, de verdad lo hacía, pero a veces sus ideas chocaban de forma tan violenta que lo dejaban sin aire.

No podía entender cómo sus padres no concebían que los cambiaformas eran personas como ellos, con sentimientos, con problemas, con gente a la que amaban y a la que querían proteger, igual que ellos. Sí, podían transformarse en animales y cuando ésto ocurría, sus instintos eran fuertes, pero seguían siendo mayormente razonables y más humanos que cualquier animal.

Al Otro Lado (ChanBaek | Baekyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora