Prólogo

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Aquella noche, si alguien hubiese irrumpido en el dormitorio de Marion Holmes, habría encontrado una escena perturbadora, nada inhumano sucedía, pero los susurros y roncos gruñidos que salían desde el fondo de su ser, sin duda sonaban aterradores.

El hombre que descansaba, o al menos eso intentaba, había dejado de gemir y temblar de forma salvaje, despertándose bruscamente, con un gruñido y un jadeo acelerado, que trató de calmar. Tragó saliva lentamente, sintiendo un sudor helado recorriéndole la espalda, cerró los ojos y tranquilizándose al fin, aunque no demasiado; no podía seguir allí tirado, tendría que levantarse. Una noche más, las pesadillas no le dejarían descansar.

≈La Guerra de los Tecnomantes≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora