Capítulo Único |Vegeta|

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Mí planeta fue destruido, lo que nadie sabe es que, yo no sabía que fue él infeliz de Frezeer quien lo destruyó.
Era un mercenario, siempre mataba de la peor forma, destruía planetas enteros, no sentía remordimiento, nunca lo sentí.
No extrañaba a mí padre, ni a mí hermano, menos a mí madre, no la conocí, murió cuando dio a luz a mí hermano.
Nappa, Raditz y yo eramos los únicos saiyajines vivos en él universo, le servíamos a Frezeer, mientras él idiota de Zarbon y Dodoria nos humillaban.
Lo peor de eso eran los castigos de Frezeer, días enteros sin comer nada, encerrado en un calabazo, cediento, mientras él me golpea.
No me enloquecí porque planeaba siempre una venganza contra la largatija, la cual nunca resultaba y me rendí.
Un día Raditz fue a buscar a su "hermano" Kakarotto, él cual creí muerto, pero al parecer estaba en él planeta tierra todo éste tiempo.
Nappa y yo fuimos a un planeta a purgarlo, para conseguir lo que Frezeer quería, estaba arto, arto de ser pisoteado por esa sabandija.
Escuche la pelea de Raditz con su hermano, escuché que ambos murieron, pero lo iban a revivir, escuche una voz tan irritante jurar que lo revivieran con las esferas del dragón.
Mí curiosidad creció, así que obligué a Nappa que viajáramos a la tierra con la excusa de vengar la muerte del insecto de Raditz.
Un año en esa estúpida nave, fue lo peor, sin poder entrenar.
Cuando llegamos, estaban esperando nos.
Vaya pelea que tuve con Kakarotto, todo iba a mí favor hasta que un gordo estúpido corto mí cola, sentí como su espada también corto parte de mí espalda.
Tuve que escapar como cobarde, como estúpido cobarde y volver donde Frezeer.
Para mí suerte la largatija no estaba, creí que cuando entrará en él tanque regenerador mí cola crecería, pero no creció.
Frezeer se me adelantó, viajando al planeta Namekusein, por la esferas, no dude en ir.
Cuando llegue tuve que bajar mí ki para no ser detectado.
Maté y maté varíos de esos marcianos, encontré al hijo de Kakarotto, fui tan estúpido al creer que eso era un reloj.
No me di cuenta que era él radar, ellos habían rastreado que tenía unas esferas.
Los seguí, al encontrar los vi al enano calvo que casi me mata con esa espada, y a una extraña mujer, de un peculiar color de cabello, azul claro, y ojos igual. La ignoré cuando llego Zarbon, lo maté, por fin hice lo que me prometí él imbécil se lo merecía.
Pasaron muchas cosas, salve a Kakarotto, vencimos a las fuerzas Gynui, a esos payasos, pero, paso lo que jamás creí, Frezeer, ese maldito hijo de perra me mató, aprovechando cada segundo.
Me fui al infierno, ese fuego quemaba cada parte de mí cuerpo, mí alma se perdía cada vez más.
Hasta que volví a la vida, me habían revivido.
Kakarotto se volvió súper saiyajin, y me tele transportaron a la tierra.
Dando me cuenta que él insecto de Kakarotto junto a Frezeer murió, pero iban a revivir lo con las esferas del dragón.

—¿Y tú nombre pequeño? ¿es Vegeta verdad?

—¿Ah? ¿me dijo pequeño?

—¿Porqué no vienes? Sí no tienes un lugar a donde ir.

—¡Hmp!

—Te serviré mucha comida, me imaginó que comes igual que Goku, ¿o me equivocó? Pero no te permitiré que te enamores de mí, aunque me consideres muy atractiva.

—¡Já! Que mujer tan vulgar. Y como grita.

Esa mujer fue mí desgracia, siempre intentaba hablar conmigo, hubieran veces a las que cedí, esa noche en la que tenía insomnio y ella igual, hablamos, mientras pasaba él tiempo más discutíamos, ella no me temía y me enfrentaba sabiendo que podía matar la, se parecía a las mujeres de mí raza.
Llegó él día de revivir a Kakarotto, pero él imbécil estaba vivo, así que tomé la nave y me fui a buscar lo al espacio.
Él idiota ocultaba su ki, busqué por millares de planetas, cada día sin descanso, me salvaba que esa nave tenía comida.
Pasé un año buscando a la sabandija, pero lo que me volvía loco era que pensaba en esa mujer tan vulgar, no entendía que carajos pasaba conmigo.
Tuve que volver a la tierra, él combustible se acabo al igual que la comida.
Cuando llegué vi al insecto que maté, pero otra vez a esa mujer.

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