¿Por qué actuaba así?
No lograba entenderlo. Sencillamente lo hacía y ya. Lo molestaba, lo llegaba a golpear de vez en vez sin imprimir mucha fuerza pero la respuesta esperada nunca llegó. Sólo era rechazado. Si, lo era. Eso antes de que el golpe fuese detenido por una mano que iba a juego con la mirada esmeralda que estaba dispuesta a no soportar un arranque más del rubio.
«Si me gritas, te grito...si me golpeas, te lo regreso...»
El sentimiento real escondido se hundió más en el silencio resguardado bajo el manto de miedos que no conocían final. Él le quería, pero no supo dar lugar a la confesión, ni nombre al latir descompensado e inexperto de su joven corazón.
Nunca había amado antes.
Pero el destino siempre quiere que enfrentes todo en ésta vida. Todo. Sin sus excepciones, y el hecho de que tuvieran que compartir habitación no lo era.
Un villano cualquiera atacó la escuela. Un villano lo suficientemente estúpido intentó acabar con la vida de Izuku. Un villano que terminó detenido por las autoridades había destruido la habitación del peliverde. Y la única disponible para albergar al recién afectado era Bakugou.
Jodido destino y su jodida "casualidad".
Más nunca esperó ser ignorado. Pasó de ser el amigo de la infancia al mueble que suele cambiar de ubicación en aquellas cuatro paredes.
Izuku ni se molestaba en saludarlo. No hablaban. No se veían, sus ojos nunca se encontraban. Se eludían.
Él se impacientaba.
Sin poder verter todas sus nuevas emociones al tenerle cerca y que éste ni se inmutara, recurrió a lo que mejor sabía hacer: molestarlo; sinónimo de "no me ignores" porque el rubio ni siquiera sabía porqué Izuku se olvidó de que existía.
Funcionó.
Si. Pero no cómo el rubio esperase.
Su leche tenía sal en lugar de azúcar. Su café siempre sabía más amargo. Izuku figuraba como el perfecto perpetrador de los hechos.
Se la pagaría.
El peliverde se olvidó del sabor en la comida, demasiada salinidad le invadía la boca y podría jurar que alguien había escupido en ella. El rubio frente a él se sentaba a observarlo gritándole con la mirada: yo fui, ¿y qué?
El plato terminó limpió siendo azotado sobre la superficie de aquella mesa de madera. La guerra había sido declarada.
¿Quién la ganaría?
Enero y febrero
Zapatos aferrados a los pies descalzos que Izuku sufrió para remover. Pegamento industrial la causa, su compañero rubio el verdadero problema.
Febrero y mitad de marzo
El toilet con candado encontró al sentirse con la necesidad de orinar, tras un fuerte laxante consumido involuntariamente y por artimaña del pecoso que dormía apacible. Ese día Izuku encontró sus pantunflas preferidas teñidas de un pálido color amarillento con olor insoportable. Lo valía. Ver al rubio lavar su ropa interior si que lo valía.
Finales de marzo y principios de abril
Izuku trabajaba en su proyecto. Katsuki le observó desde el marco de la puerta. Un leve "tsk" salió a voluntad a través de los labios del rubio, el peliverde volteó. El menor advirtió algo más que molestia en ese chasqueo. Midoriya sospechó lo que le esperaba mientras Bakugou sonreía. Un fuerte "plank" y adiós a la corriente eléctrica. Switch abajo.
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And july [KatsuDeku]
FanfictionNo siempre lo que se hace es precisamente proporcional a lo que se siente. "Puedo darte el mundo si sólo vienes a mi. Puedo darte el mundo, sólo dilo" Aclaraciones ♦OS para el concurso de canción adaptada del grupo "KatsuDeku" en facebook ♦Canción:...