Terrible el día en que esto comenzó
EL día en que la guerra al mundo arraso
Benditos sean los días en los que recibimos alimento
Alabadas sean las sobras, desperdicios y comida podrida
Auschwits hacia verdaderos méritos por sus aptitudes culnarias.
En 1940, a muerte y la enfermedad fueron añadidas con naturalidad,
El Reich demostró que el verdadero infierno es la tierra.
El miedo, egoísmo, hambre y desgracia,
Se convertirían para los prisioneros del campo de concentración en cadenas
La terrible Gestapo convirtió al más creyente
En un desesperado por la fe.
Los niños perdían toda su hermosa naturaleza,
Corrompida por la cruel y fría supervivencia.
El brillo de sus ojos ahora era eran de envidia,
Codiciando el pan del otro, olvidando lo que les dijo su madre
¡Hijo mío, jamás robes, jamás mates!
Auschwits no era otra cosa,
Más que quitar la esperanza y humanidad a toda costa
En las barracas se rogaban por alimentos,
Se rogaba por pan enmohecido y duro
Se rogaba por sopa llena de ratas y cabello ajeno
Se rogaba por agua que sabía a veneno.
El tren que los trajo a ese infierno
No había sido más que el atroz comienzo
¿Los niños con escarlatina?
¿Los enfermos en agonía?
Agua reclamada por suplicas
Agua cambiada por preciadas pertenencias
Esos días jamás se compararían,
Del terror de creer que morirían.
Y en ese campo, en ese campo por piedad era lo que más se pedía
Ni los recuerdos calmaban su alma desesperada
Pues pronto recordaban a sus hijos en desgracia
Con aspirinas como su mejor medicina.
Que ni por lejos, frenaría a la muerte vecina.
Que cada día tocaba sus puertas, para pedir con o sin gentileza sus vidas
El cuerpo femenino seria la nueva moneda,
Sin dignidad pedirían su putrefacta sopa
Con miedo esconderían el vientre entre sus ropas
Entre llantos y gritos el aborto sin anestesia es lo que queda.
Pudo ser ese un Beethoven,
Pudo ser ese un niño que a su madre de gozo llene
Pero ahora hacia compañía entre otros miles,
A diferencia de los otros desgraciados
De los otros desafortunados,
De los otros desdichados.
¡Que rica es la lengua latinoamericana para mencionar los lamentos!
De esos que fueron a la otra fila,
En el momento de seleccionar...
De seleccionar quien ardería,
Quienes pagarían su injusto error con su cuerpo y sangre
Reducidos en jabón puestos en pilares.
Aunque no envidiable su destino,
Fue preferible que tuvieran ese tino.
El des fortunio nunca parecía terminar.
En ese lugar nunca hubo comienzo ni fin para el horror.
Mucho menos cuando el doctor Joseph Menegle hacia su aparición
Entonces comenzaba el terror
Reclutaba locos para sus descabellados experimentos
Hacia pruebas horridas con los muertos
Hacia aún más desgraciado a los enfermos.
¡Todo por el bien de la buena Alemania!
¿O para el deleite propio?
¡Que calumnia, eso sería impropio!
No hacía falta comparar temores,
Siempre estaba esa fiel quemadora, recordando entonces,
Hora tras hora y día tras día,
La carne humana que ardía
Siendo alimentada por piel judía.
...
Muerte a la sociedad fascista
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Un lamento en Auschwitz
PoetryUn poema de mi cosecha, tras leer mucho sobre el holocausto. Aquel trozo en la historia que un guarda muchos secretos. Y, que por ser ademas un hecho mórbido, muchas personas prefieren no indagar y odiar por lo que se sabe. Una gran inspiración de L...