C A P I T U L O | 2 |
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-Estás... hermosa. - me sonrojé.
-Antes, no solías decirme esas cosas. Todo era "Oye fea" "Tu, horrible niña" - imité su voz, y rió.
-Era mentira, es obvio que era mentira. - sonrió. - Nunca fuiste fea. - sonreí y evité su mirada.
-Humm.. ¡Tía! - me alejé de él, y sólo rió.
-Te estuve esperando, ¡¿dónde te haz metido?! - exclamó y me abrazó.
-¿Recuerdas a Brian Wells? - asintió - Está aquí, por ahí - moví la cabeza en su dirección, y al verlo, ella abrió los ojos como plato. - Ni lo digas. Si es él, no lo parece pero lo es.
-¿Te pasaste la tarde con él? - sonreí y me encogí de hombros. - Aunque sea sé que es un buen chico - reí -. Ve a saludar a la familia.
Saludé a todos, y luego de un par de minutos entró mi prima: Eleanor vivía con nosotros, pero por estudios se fue a Canada. Prometió que volvería para pasar su cumpleaños aquí, y me alivié al saber que había llegado a la casa antes que ella. Todos se apresuraron y la rodearon con regalos, abrazos, besos y gritos, y ella solo agradecía y reía. Yo preferí esperar para el final.
-¿Ella es Eleanor? - Brian apareció junto a mi. - Ha cambiado bastante... ¿Y sus pecas?
-Debajo del medio pote de maquillaje. - reímos. - Oye, ¿viste a Santiago?
-¿Santiago sigue viviendo por aquí? - asentí - ¿Vendrá hoy? - asentí nuevamente.
-Claro que vendrá. Es mi mejor amigo, y como no te esperaba y no quería pasarmelo sola lo invité - rió.
-¡PRIMA! - Eleanor se me avalanzó al mismo tiempo que yo a ella. - Oh cómo te extrañé enana - réi.
-También yo, feliz cumpleaños - extendí los brazos, y tomó su regalo.
-No debías.
-Tenía que. - sonrió. - Estás hermosa, hace tanto no te veía.
-También tu, oye, ¿sigues soltera? No entiendo como puedes vivir así - reí.
-¿Y tú? ¿Qué me cuentas de Charles? - sonrió de oreja a oreja, y toqué sus cachetes.
-YA DEJAME - se quejó y reí. - Solo somos... algo, no te metas, suficiente sabes eso - reí.
-¡Lo averiguaré! - grité a sus espaldas, cuando se dirigía a la cocina.
Luego de un rato llegó Santi, se saludó con Brian y la familia y mis tíos comenzaron a tocar la guitarra. Me uní a ellos con el piano de la sala, y comenzamos a cantar. Me encantaba juntarme con mi familia, me encantaba estar con mi familia y siempre disfrutaba cada cosa que hacía con ella.
A las 11pm, ya estaban todos en sus cuartos (los que se iban al otro día), y muchos ya se habían ido. Santi aún seguía ahí, y se sentó junto a mí en la escalera que subía a la entrada a la casa.
-¿Qué tienes con él? - preguntó.
-¿Que qué tengo? Pues nada. Hoy lo vi después de cinco años, ¿qué podemos tener?
-Bien, cambiaré la pregunta. ¿Que piensas de él? - sonreí.
-Es... Un buen amigo, igual que antes. - miró hacia el frente.
-Sabes que a mi no me engañas. - jugaba con una tirita de tela con los dedos.
-Si, lo sé.
-¿Y no piensas decirme?