La dama en la ventana

La dama en la ventana #2

Al día siguiente, a la misma hora, me paré frente a su ventana, observándola atentamente desde la mía, esperando que ella apareciera, el sólo hecho de haber soñado con ella y no haber pensado en otra cosa durante todo el día me daba la pauta de que ella estaba causando algo fuerte en mi, como si estuviera metiéndose profundo en algún lugar de mi cuerpo, mente, alma o corazón sin que yo pudiera hacer nada al respecto, una sensación increíble. ¡Por fin apareció! Exactamente a la hora que habíamos acordado, otra vez conversamos durante un largo rato, hablando de millones de cosas, lo que nos gustaba hacer, lo que hacíamos, lo que queríamos hacer, lo que nos gustaba, lo que no, lo que nos daba gracia, y otras miles de cosas y temas existentes, fue en medio de aquella charla que ella me ofreció ir a su casa, en la cual se encontraba sola, acepté de inmediato la oferta, ella "desapareció" de la ventana, y yo, sin más deseos que los de tenerla parada frente a mi y poder verla más de cerca, me puse ropa decente y "corrí" hasta la casa de al lado (la suya), toqué a su puerta, y lo volví a hacer reiteradas veces al ver que nadie contestaba, pero nadie lo hizo, desilusionado regresé a mi hogar, pero no comprendía por qué había echo aquello esa muchacha tan hermosa, y casi sin esperanzas de verla allí me acerqué a la ventana, y, para mi sorpresa, allí estaba ella, parada observándome y riendo, luego de explicarme que esa había sido sólo una broma me pidió que fuera nuevamente a su casa, esta vez ella abriría la puerta, a pesar de haber sido herido con aquella broma, volví a intentarlo y salí corriendo hasta su puerta, esta vez estaba abierta, y sin dudarlo mucho me adentré, llamándola pos su nombre, pero nadie contestaba, comencé a inspeccionar la casa y no encontré a nadie, la casa estaba toda empolvada, como si nadie la hubiera habitado en un largo tiempo, ciertas cosas estaban desordenadas y muchas otras estaban destruidas, habían muebles enteros y estanterías repletas de libros, todo recubierto con polvo blanco, veladores, platos y algunos adornos de cerámica destruidos en el piso, telarañas y ratas, cual casa embrujada, todo era bastante tétrico, la noche había caído, y no podía ver claramente en algunos ambientes, me adentré en el que supuestamente debía estar aquella ventana por la cual ella siempre aparecía, encendí la luz para poder ver y un flash vino a mi mente, la veía a la muchacha levantando su pierna para apoyarla sobre el marco inferior de la ventana, a continuación puso la otra pierna en el mismo lugar, se sentó durante unos segundos y luego se lanzó hacia abajo, todo fue muy extraño, pero no me asustó lo suficiente como para salir corriendo, y me acerqué a la ventana, al hacerlo observé hacia abajo y vi la imagen más traumática de mi vida: la veía a ella desplomada en el suelo, rodeada de un mar de sangre, sus ojos, que eran algo de lo poco que quedaba de su rostro, estaban de cara al piso y no parecía dar indicios de vida.

Al instante salí corriendo del lugar, pidiendo auxilio, gritando como loco, desesperado, absolutamente desenfrenado, los vecinos salieron a ver qué era lo que pasaba, les conté lo que había ocurrido, y todos a mi alrededor (eran unos cinco o seis hombres y tres mujeres), me miraron inmutados, como si les estuviera jugando una broma, una de mal gusto, uno de los hombres me acompaño hasta adentro de la casa de la muchacha, yo no entendía por qué no llamaban a emergencias o hacían algo, ¿estaban locos?, al llegar a la habitación de la ventana, el hombre se acercó y se asomó a través de esta, diciendo: "¿Ves? No hay nada, como todos esperábamos", yo, sin poder entender lo que ocurría, me acerqué a la ventana y observé, así era, nada había allí abajo, el cuerpo había desaparecido, hable con el hombre que me había llevado hasta allí, él me comentó que aquella casa tenía una historia bastante terrible y muy trágica, me contó que la familia que solía vivir allí falleció en un accidente poco más de tres años atrás, dejando sola a la hija mayor, quién había decidido quedarse en casa, razón por la cual no había sufrido los daños de aquel accidente, pero la pobre muchacha, infeliz como era, no pudo soportar el dolor de vivir en soledad, y terminó suicidándose dos semanas después de la muerte de su familia, la manera en que lo había hecho era exactamente igual a la escena que yo había descrito.

Desahuciado, regresé a mi casa, me dirigí a micuarto y me dispuse a dormir, pero, al no poder conciliar el sueño, prendí latelevisión, era tarde en la madrugada, y mis ojos comenzaban a cansarse, peroaquel flash me mantenía despierto, porque me había causado mucho dolor yseguramente había logrado traumarme de alguna manera, en un momento, justo antesde apagar la televisión, me levanté para ir al baño, y al regresar a mi cuartoquedé paralizado observando la ventana de enfrente, la de la casa de lamuchacha, ella estaba parada junto a su ventana, observándome.