Eligeme a mi

Capítulo 4

Capítulo 4
“Una cita indirecta ¿verdad?”

Ambos caminaban por las calles de la ciudad, Naruto estaba ciertamente nervioso, probablemente si le hubieran dicho que hoy tendría una “cita indirecta” con Hinata él no lo hubiera creído, pero ahora ahí estaba invitándola a comer…

–Hinata dime ¿qué es lo que te gustaría comer? –

– ¿Qué?, ¿Yo? – Hinata respondió nerviosa sonrojándose un poco – lo que sea –

–Ohm… ¿te gusta el ramen? –

– ¿Ramen? –

–Sí, hay un lugar que acostumbro ir llamado Ichiraku preparan un ramen delicioso, ¿te gustaría ir? –

–Sí  claro, me encanta el ramen – decía Hinata sonriendo

–A mí también jaja –

– ¡VIEJO ICHIRAKU! – Gritaba Naruto mientras entraban a un pequeño y modesto local

–Woow el lugar es muy lindo – decía Hinata mientras veía las cosas a su alrededor

–Naruto tenía tiempo que no venias por aquí y hoy traes a una chica – decía un hombre mayor mientras saludaba a Hinata

– ¡JAJAJA!, si bueno es que tengo exámenes y tengo que estudiar… me das dos tazones –

– ¡Claro!, los mejores tazones para mi mejor cliente y su novia –

– ¿Qué?, no… ella no es mi novia – decía avergonzado Naruto

– ¿Por qué? Naruto tendrá cara de idiota, pero es un buen chico sabes –

– ¡VIEJO! – Gritó Naruto

–No creo que Naruto sea un idiota – Hinata respondía avergonzada

–Es una chica linda – decía mientras le sonreía a Naruto

–Lo es – lo decía mientras sonreía gentilmente Hinata volteo sorprendida y Naruto vio como la cara de la ojiperla se ponía completamente roja de la vergüenza

El silencio se apodero de la situación, ellos solo cruzaban miradas y después la desviaban.

–Perdón por lo que dijo el viejo, solo es que él es así – decía el rubio mientras salían de aquel local

–Hmm no importa, no me molestó – decía Hinata pero se notaba lo apenada que seguía hasta que su celular comenzó a sonar

–Perdón, es mi primo – Hinata se hizo a un lado y después habló en voz baja, el rubio trataba de escuchar lo que decían pero tenía que mantener su distancia ‘–Te envié un mensaje que llegaría más tarde –‘, ‘–puedo regresar sola no tienes que buscarme además estas ocupado hermano –‘ “¿Hermano?, ¿No dijo que era su primo?” pensó el rubio hasta que escucho decir a la ojiperla ‘–Está bien ya voy para allá, no tienes que salirte de tu reunión –‘

– ¡NO!, yo bueno, yo puedo acompañarte a tu casa, perdón la interrupción, pero no tienes que irte sola – decía el rubio un poco alterado, lo que menos quería era que esa cita indirecta acabara además desde el primer día quería poder caminar junto a ella hasta llegar a su casa