Savin' me

"All I need is you

Come please, I'm calling

And oh, I scream for you

Hurry, I'm falling, I'm falling"

Su mente estaba en blanco.

No sabía que rayos estaba pasando exactamente, solo recordaba estar en una misión con el equipo y repentinamente estaba debatiéndose entre la conciencia y el mundo de los sueños mientras su cuerpo caía como un peso muerto al frío suelo.

Había despertado de nuevo hace poco y su mente no reconocía nada, y sin embargo estaba sintiendo un deja vú muy similar al secuestro de Afganistán. Quería pensar que era su mente paranoica o que simplemente estaba teniendo otra de sus recurrentes pesadillas –Aunque eso tampoco lo tranquilizara del todo–.

Pronto escuchó pasos, y realmente su mente despertó completamente de su letargo. Había sido secuestrado durante una misión contra H.Y.D.R.A y ahora estaba siendo torturado físicamente para que cooperara y les brindara armas y su brillante mente como medio para derrotar a S.H.I.E.L.D.

– ¿Ya se decidió a cooperar, señor Stark? –Un agente de acento ruso muy evidente entró por el único medio de entrada y salida al mugroso cuarto, acercándose al centro donde él se encontraba atado a una silla.

– ¿Y ustedes ya decidieron dejarme ir? Digo, tenía una muy importante reunión con varios burócratas de Stark Industries junto a una muy probablemente enfadada Pepper Potts por mi retraso que acoto, fue culpa de ustedes, además más tarde tenía una romántica cena con mi esposo –Porque sí, se había casado y con nadie más que con el flameante Capitán América.

– Veo que su humor no ha desaparecido –Se acercó a donde se encontraba amarrado, tomándolo por sus cabellos ahora más largos de lo normal –Pero me temo que ya debieron darlo por muerto, ha pasado bastante tiempo desde que usted vino a visitarnos.

– Es una lástima que me haya perdido la reunión –Habló sarcásticamente él, sabía que llevaba bastante tiempo encerrado en lo que parecía la habitación más mugrienta del planeta.

– ¿Desea acaso que lo torturemos más? Veo que le va el sadomasoquismo –Definitivamente detestaba la forma lasciva en la que hablaba. –Tal vez pueda conseguir un látigo y un par de esposas, nos divertiríamos mucho aunque eso ya no sería una tortura.

– Realmente creo que el sadomasoquismo no está dentro de mis fetiches –Estaba haciendo tiempo, lo sabía pero él realmente no quería volver a ser torturado por esas bestias, aunque no bromeó cuando dijo que el sadomasoquismo no estaba dentro de sus fetiches.

Más pronto de lo que él quiso, fue sacado de donde estaba para ser llevado a otra habitación –menos mugrienta que la anterior– pero igualmente sucia con una silla en el centro donde muy posiblemente fuera torturado hasta la inconciencia. Cuando fue sentado en la única silla de metal sintió su cuerpo desfallecer ante la idea que cruzó por su mente: una silla de electro shock.

– Veo que su habilidosa mente ha logrado descifrar que va a pasar ahora ¿Cierto?

No habló, solo se removió bruscamente tratando de ralentizar lo inevitable.

– Este método ha sido bastan te eficaz en otras situaciones y como supongo ya sabrá lo que haremos será freír su memoria, solo esperemos no freír de paso su cerebro –Una estruendosa carcajada se dio a lugar– Pero ya sabe, si no está con nosotros, mejor no esté con nadie.