El Hijo Del Profe.

53 7 3
                                    

Cuando lo conocí, era el hijo del profe de historia. Tenía una mirada muy profunda. Lo ví un par de veces cuando era chico, cuando lo tenían que llevar al colegio. Él a veces me miraba, y yo me sonrojaba y me sentía atemorizado. Jamás le hablé.

Hasta un día en que supe que se mudaron a mi población. Tenía 11 años, él iba a cumplir 13.
Fue algo muy breve, pero significativo, para mí por lo menos: pasó una murga por la calle, anunciando que iban a hacer una obra de teatro en la plazoleta. Mi mamá me llevó, aunque yo no quería. Cuando llegamos allá, mi mamá saludó al profesor, y él le contó que habían llegado hace poco a vivir ahí y todo eso. Mi mamá me obligó a saludar a su hijo, a pesar de que yo no quería, porque me daba vergüenza. Lo saludé a él y a sus dos hermanos mayores; José y John. No supe entonces cómo se llamaba. Le intenté hablar, pero él no era de muchas palabras, al parecer. Supe que sus padres también los habían obligado a ir. Al final, disfrutamos la obra como los niños que éramos, y nos fuimos a casa. De mi encuentro con él solo supe que estaría en mi mismo colegio, en el curso que le correspondía. Casi siempre lo veía en el recreo por la biblioteca, o con un amigo suyo, que se llamaba Jere.

Cuando yo tenía 15 (él tenía 16), hubo algo... raro.
Había una pendeja de octavo, que era algo...
Bueno, era bien pelá, a decir verdad. Y ella estaba muy pegada con él (cuyo nombre ya no era un enigma, pero se los presentaré como V), y no sé por qué, pero sentí que estuve muy metido en el tema, y eso que ni siquiera tenía que ver conmigo. Es decir, ¡él era el que tenía un problema de trece años lleno de hormonas, no yo!
Y por eso mismo es que a mi mejor amigo le dio rabia. Le dio la hueá y se enojó conmigo; se empezó a sentar lejos de mí, me dejaba más solo de lo que ya solía estar y empezó a hacer todo un show silencioso, pero demasiado notorio. Le hablé porque no entendía el acto tan pendejo que estaba realizando.

-Es que vo no sabí, po...

-No po, weón. No sé. Cuéntame.

-Puta el weón...

-Dime por qué te enojaste conmigo.

Suspiró y observó que no hubiera nadie a su alrededor. Como que agarró fuerza y me contó:
-Mira, no quiero que te sintai incómodo conmigo, ni que cambie la forma en que somos siempre por esto, ¿ya? -me asusté, pero asentí- Ya, lo que pasa es que... Siento que estai muy metido con esa mina, a la que le gusta el weón de tercero, y... Puta, no sé po, ¿te gusta?

-¿Qué? -lo miré incrédulo- ¿cómo se te ocurre, weón? No, gracias, qué asco... ¿por qué?

-Ah ya... Es que... Esto lo descubrí hace poco, pero no se lo he podido decir a nadie, porque siento que me van a putear, ¿cachai? Por eso, primero quiero saber que somos amigos y que no me vai a odiar por esto.

Me iba a reír en su cara, porque él nunca ha sido una persona seria en su puta vida, pero su expresión no me lo permitió. Casi juraría que iba a llorar.

-Soy tu amigo, y erí el único y mejor amigo que tengo, weón. A menos que estés planeando asesinar a mi mamá o a mí mientras dormimos, es relativamente imposible que te odie, conchetumare. -logré que se riera y se relajara un poco.

-Ya, weon. Tú... Me gustai.

Me perdí por un rato, luego tuvo que repetírmelo, porque no digerí las palabras a la primera. Me explicó que yo le gustaba desde las vacaciones, que ahí lo había descubierto y se había cerciorado a inicio de clases. Le dije que no lo odiaba ni lo iba a hacer, pero que no podía corresponderle. No podía verlo como nada más, no por el hecho de que fueramos hombres, sino porque en verdad no podía sentirme de la misma manera.
El problema es que él se sintió. No me creyó casi nada, y se enojó más. Se encargó de que yo me quedara solo de nuevo, como antes de conocerlo. Incluso bajó sus notas y repitió segundo. Fue muy penca que, después de un cuatro años siendo "mejores amigos", él se enojara por una estupidez así y me abandonara por completo. Concluí que nunca fue mi amigo de verdad, y que tal vez no iba a tener buenos amigos nunca, porque tal vez no existían. O tal vez sí existían, pero en cantidades mínimas y estaban todos encerrados en un laboratorio de Gringolandia, siendo estudiados por la ciencia para intentar ser replicados.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 19, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Hijo Del ProfeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora