Un día cualquiera en alguna avenida principal de Santiago iba caminando un joven con su destino a un liceo Técnico Profesional con un nombre totalmente cualquiera. caminaba con aspecto descuidado, ropas viejas y veraniegas de marcas como Adidas y Nike, divagaba tranquilo hacia aquel liceo con ansias de encontrarse con él Brayan. observaba todo mientras escuchaba música, a su alrededor habían árboles muertos por culpa del frío invierno, realmente no tenía idea de por qué salió con aquellas prendas, estaría muriendo de frío de no ser por el chaquetón de polar que llevaba todos los días.
Las calles estaban vacías, claro, de no ser por que se había levantado tan tarde pudo haber robado una cosa o dos a algún transeúnte, aquello le hizo sentir decepción a sí mismo. Al llegar a la entrada logró visualizar a una inspectora desconocida para él esperando por su llegada, él sabía que lo iban a castigar, eso estaba claro, solo esperaba que aquel sermón no le arruine el humor, Brayan lo iba a regañar si no quería robar algunos lápices o celulares en aquél instituto.
La mañana pasó lenta, habían alumnos levantados de sus asientos así que él simplemente decidió hacer lo mismo, tomó su recorrido al otro lado del aula, donde según él lo estaba esperando su amado y preciado Brayan. Pensó que quizás podrían ir al pupitre de Victoria a esconder su mochila o robar el celular que tenía encima del pupitre mientras ella hablaba al otro lado del aula, pero sus planes se arruinaron, Brayan no estaba, preguntó al maestro que estaba tratando de callar a los alumnos dónde estaba Brayan. Al parecer por lo que dijo el maestro, Brayan había cógido un fuerte resfríado por lo que no pudo venir a clase, eso le arruinó el ánimo, realmente tenía ganas de hacer actividades con él como cada día, entonces se le iluminó la mente y pensó, ''¿Podría ir a buscarlo? es demasiado fácil burlar a los maestros e inspectores.'', buscó sus cosas para salir descuidadamente del aula sin preocupaciones de que el maestro lo vea, corrió por los pasillos en dirección al patio y escaló la alta cerca para salir de aquel infernal liceo.
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Acababa de salir de un colectivo con muchas ansias, estaba agitado ya que corrió como loco para alcanzar ese maldito auto, caminó con rapidez hacia la casa de su mejor amigo, al llegar tocó la puerta, nadie respondió, intentó forzarla y nada pasó, recordó que su madre no estaba el día de hoy así que optó por escalar hasta la ventana de la habitación.
Al finalizar su objetivo entró y, vio a Brayan observando mientras tenía su celular en mano, sinceramente pensó que estaría durmiendo por su alta fiebre, pero él no se veía para nada enfermo, sólo pensó ''ese maldito hijo de puta me hizo venir hasta acá.'', lo miró con el ceño fruncido y se sentó en su cama.
-¿Te sientes mejor, Brayan?_ dijo mientras miraba encarecidamente al otro.
-No hace falta preguntar, ya estoy mejor.
-Me hiciste venir hasta aquí para nada, imbécil, creí que estabas enfermo.
Realmente no estaba enojado por llegar hasta él, se sentía feliz por poder verlo una vez más, Brayan le dió un empujón hacia él y lo besó tiernamente, él también estaba feliz de verlo.
-Gracias por venir._ Brayan lo miró con alegría, y volvieron a fundir sus labios en un corto, pero sentimental beso.
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Muchas gracias por leer la primera parte, fue una total estupidez, lo sé, pero espero estén satisfechos con esto¿
GraCIAS COTE POR ESCRIBIR LA PRIMERA PARTE AAAAAAAA.