Caminaba hundiendo mis pies en la interminable nieve que desembocaba aquella calle, una de tantas farolas, que por fin medianamente alumbraba mi camino en tanta oscuridad, las noches se hacían menos vacías.
mi cuerpo temblaba al mismo tiempo que todos mis órganos internos, provocado por aquel congelante frío.
Palpaba mis labios secos que, por el aire ni podía sentirlos.
El vaho de mi boca se apoderaba de mi visión, impidiéndome que mi mente se enfocara en algún objetivo fácilmente.
En esta época del año, mi pelo absortamente blanco pegaba bastante con el ambiente, a pesar, de que odiara esta época.
Mis párpados se cerraban por el terrible sueño que había causado que no durmiese, y a veces solo dejaba a mi cuerpo reaccionar cerrándolos.
En mis fosas nasales se formaba un putrefacto olor, causado por los cubos de basura que, no estaban muy lejos de mi. Sobresalían algunos envases de comida, que solo provocaban que arrugara mi nariz y sin éxito aguantar mi respiración por algunos segundos.
Esa es alguna y muchas de las razones por las que casi nadie pasaba por esta calle.
Vagamente mis ojos miraron hacia delante, mis sentidos se alertaron al ver una sombra solo a unas cuadras de mi. Detuve mi paso lento y observé con atención, aunque sabía que no podría ver nada más que una sombra oscura, ya que las farolas de esta calle son defectuosas.
Seguía analizando esa anónima persona, notando que parecía bastante inestable, tambaleaba de un lado hacia otro, como si estuviese borracho.
Realmente eso no me importaba demasiado, estaba bastante acostumbrado a encontrarme con personas así.
A veces, tenía que llegar a las manos con esa clase de gente, pues por eso, no tengo ningún miedo.
El problema vino después, cuando una sombra se formaba detrás de mi, haciendo que todos mis sentidos se paralizaran, en mis manos se formaron puños para retener toda clase de suspiro que les hiciese sentir que soy inferior.
Giré mis ojos hacia un lado sin mover mi cuerpo, esperando a que la sombra de atrás hiciese algún movimiento. La nieve delató sus pasos sintiendo como retrocedía vagamente tensando cada una de mis vértebras.
Empecé a delirar cuando no oía ningún movimiento detrás mío, hasta que de repente una pisada larga se hizo presente de nuevo por parte del sujeto de mi espalda.
Asustado mire hacia cielo, que por suerte la única farola que funcionaba era solamente esta, y aunque fuera defectuosa podía visualizar algo en mi camino.
Parpadeé y la farola dejó de funcionar, posicionándose esa sombra que estaba detrás mío encima de ella.
Debería haber apartado la mirada, debería haberlo hecho.
Pero mi maldita curiosidad, sí, eso.
Eso pudo conmigo.
Miré, donde se supone que estaba la cara de esa persona, dándome cuenta, de que era una chica.
Tenía oportunidad, la tenía, tenía la oportunidad de apartar mi mirada y salir corriendo como un condenado.
Pero mi maldito ego, hizo que no dejase de mirarla.
Ese maldito ego, me ha hecho pasar pesadillas.
La chica, no hizo mucho esfuerzo en apartar la mirada en mi, los dos teníamos curiosidad .
Me adentré en sus ojos calculadores de color amarillo deslumbrantes, que, aunque las luces se hayan apagado, ella podía ser mi perfecta luz durante el largo camino que me quedaba.
La chica, frunció el ceño, parecía que estuviese esperando algo.
Sus ojos emitieron más brillo que antes, completamente me cegaron y podía sentir que no había nada más que sus ojos, sus pupilas extrañamente se agrandaron viendo como su boca se entreabrió dejando que un pequeño vaho saliese de su pequeña boca.
Hasta que sentí que me ahogaba,
¡Me estaba ahogando!
No podía ver nada más que sus ojos, no había nada.
Todo era absolutamente negro.
Sentía como mis recuerdos desaparecían uno a uno lentamente, mis razones de vivir, que no eran muchas, desaparecían.
Me estaba quedando sin aire.
Caí de rodillas al suelo enterrando mis uñas en aquella "nieve".
Pero no pasó nada, absolutamente nada.
Todo volvió a la normalidad encontrándome de pie, pero algo había cambiado, sí. La mirada de desaprobación de la chica, y mi respiración extrañamente irregular.
Apreté mi pecho, dándome cuenta de que seguía vivo.La chica, en un abrir y cerrar de ojos, había saltado de la farola.
Apoyó lentamente sus pies desnudos en el frío suelo que había provocado la nieve, solamente contaba de una sola prenda, que era una especie de capa que había creado ella misma.
Se agarro con sus pálidas manos a lo que quedaba de su capa para tapar cada evidencia de su cuerpo.
Se dirigía a mí con paso lento y con una mirada fría, que me hacía sentir que podía ver cada uno de mis secretos más guardados.Se había quedado a unos centímetros de mi, mirándome directamente los ojos, sentí un vuelco en mi corazón al verla tan cerca de mi, era como si quisiese fundirse en mi mirada y buscar una respuesta, fruncí mi ceño confundido.
El viento frío y nieve empezó a caer encima del cabello de la intrigante chica de ojos cristalinos.
Apoyó su frente encima de la mía y cerró los ojos.
Pude haberme apartado de ella, pero no lo hice, pude haber salido corriendo y no lo hice, me repetí.Entonces sentí la presencia de aquel hombre borracho detrás de la chica.
Pude haberme salvado, pude haberme ido, ella se las pudo arreglar sola.
Aparté a la chica, dejando al hombre apunto de atacarme enfrente de mi.
Mi cuerpo empezó a actuar solo, y mi mano agarró la cabeza del tipo elevándolo del suelo.
Me asusté por la increíble fuerza con la que actué.
Sentí como mi mano se agrietaba, formando desde mis dedos un filoso cuchillo que desgarró la cabeza de aquel hombre.
Lo deje caer, empecé a sudar frío, mi cuerpo tembló al notar que la chica tocó mi mano, deshaciendo ese mal.⁃ Eres tú - dijo, mientras sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas- ... Soul.
Instintivamente, empezaron a correr lágrimas de mis ojos, pero no sabía de que hablaba.
¿Por que sabía mi nombre?
La chica, preocupada llevo sus finos dedos a mi mejilla anhelando poder verme de nuevo.
Y entonces, en un abrir y cerrar de ojos recordé para que existo, porque todo este tiempo he luchado, porque todo este tiempo he vivido para esta chica.
Un recuerdo se hizo presente, recordando como unos 7 años antes la misma chica de ojos amarillos sonriéndome.
Solo una frase volvió a renacerme...Existo, porque soy su alma gemela,
existo por Dasha, La Muerte.
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Y si La Muerte...
Viễn tưởngLa Muerte, un sujeto al que todos temen su llegada. Un día se enamora de una joven dama, pero los dos tuvieron un trágico error que los llevó a la desaparición.