Tristeza y Una Promesa

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Después de eso, las cosas se volvieron raras.

Harry salía abiertamente en citas, montones y montones de chicas y chicos, betas y omegas, y Louis encontró a Olly, un bonito chico castaño, pálido y con ojos marrones.

Olly sabía que era un omega, pero nunca lo trató de sumiso. Louis siempre estaba encima y así funcionaban. Cuando llegó su celo, Louis lo echó de la casa, asustado incluso si su pareja era un beta.

Pero era difícil. Harry estaba celoso, Louis estaba celoso; Harry se graduó y Louis obtuvo un ascenso, por lo que nunca estaba en casa o estaba en casa de Olly. Era difícil. Y lo era mucho más cuando Harry comenzó a asistir el Instituto de Chefs, porque literalmente no tenía tiempo para estar en casa.

Lentamente comenzaron a separarse, y Louis lo extrañaba. Extrañaba a Harry cada segundo, extrañaba sus ojos, su risa, su olor.

Harry tenía veinte cuando a Louis le propusieron emparejarse. Y la peor parte era que Harry estaba en casa y pudo oír todo.

- Emparéjate conmigo. – dijo Olly. – Te amo, Louis. – dejó de respirar y oyó un fuerte ruido, como de vasos rompiéndose. Harry.

- Espera un segundo. – dijo, caminando hasta la cocina donde encontró a Harry. Era como si lo viera por primera vez en años. Harry era tan alto, con anchos hombros, el pelo hacia atrás y sus ojos siempre verdes. Pero no estaba sonriendo, en cambio se aferraba a la mesada con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.

- ¿Harry?

- No. Aléjate. Yo no… mierda. – estaba temblando de pies a cabeza.

- ¿Qué ocurre?

- Todo ocurre. Necesito… ¡Aléjate, Louis!

- No. ¿Qué est…?

- Vas a emparejarte, Louis. Y yo no puedo. No puedo estar malditamente de acuerdo con eso. Pasaron dos años, y aún te siento en mis brazos. Sólo fue una noche, ¿sabes? Y no puedo tocar a nadie. ¡No puse una sola mano en nadie desde esa noche y tú te lo follaste! Y ahora él… tú serás suyo. No tengo instintos de alfa con nadie que no seas tú. No me importan dos carajos cualquier otro omega, en celo o no… esto es inútil. Soy un alfa inútil, y estoy enfermo.

Nuevamente, Harry estaba llorando. Pero este llanto era distinto. Contenía tristeza, seguro, pero también había enojo e impotencia, un sentimiento muy fuerte destrozándolo. Louis se dio asco a sí mismo.

- Oh Dios, esto es… mierda, esto es mi culpa ¿sí? Todo esto es mi culpa, yo te hice esto y…
- No. Tú me tuviste. Tú me amaste incluso siendo el hijo de ese hombre. Tú… tú eres maravilloso. Una asombrosa persona, un asombroso padre conmigo. Siento tanto que no te hayas deshecho de mí. Tu vida podría haber sido grandiosa.

- No, detente. Harry, tú eres mi hijo, lo mejor que haya hecho y yo…

Harry se fue otra vez.

Pero esta vez, no regresó.

The Dumbest MistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora