[One shot extremadamente corto]
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¿Sorprendido? Para nada, ¿De qué se debía sorprender? Si todos los días sucedía.
Realmente no le molestaba del todo, nunca le había tomado mucha importancia a su jardín, qué sin cuidado alguno, tenía unas hermosas flores y plantas. O al menos hasta qué encontró al extraño muchacho arrancando unas orquídeas "sin ser visto".
Hoy se cumplían tres semanas desde que el chico va a su jardín. De cierta forma, a Jimin le causaba gracia y ternura esas acciones, le encantaba la forma en la qué—al parecer el menor—se escabullía entre las rejas de su casa, para tan sólo agarrar una florecita. Nunca había visto a una persona hacer eso, y menos a un chico, enserio le parecía algo muy extraño, pero al mismo tiempo muy encantador.
¿Se supone qué debía hablarle?
Se planteaba mil veces Jimin, pensando en las posibilidades de conversación, hasta ya había creado un mini dialogo entre ellos dos en su mente.
¿O debía solamente dejarlo arruinar su jardín?
Esa opción también se le había pasado en la cabeza unas cuantas veces, pero tampoco era el punto dejar su patio totalmente sediento.
¿Que tenía qué hacer?
Y llegaba nuevamente a su dilema de todos los días.
Tampoco era muy bueno tratar de concentrarse o si quiera pensar al mismo tiempo que veía al chico extraño haciendo nuevamente de las suyas, ¿Que flor escogería esta vez? Se notaba muy indeciso.
Un sonido repentino hizo asustar a los jóvenes, era el teléfono de la casa—el cual tenía un sonido irritantemente alto—. El chico al escuchar esto, se tropezó haciendo que cayera al pasto, pero lastimosamente, con el antebrazo en las rosas. Al sentir las espinas impactándose contra su piel blanquecina—ahora no tan blanca—, soltó un muy audible gruñido de dolor.
Jimin inmediatamente al oír el quejido del muchacho, corrió torpemente hasta la puerta de su habitación, abriéndola bruscamente para luego salir de este y bajar las escaleras disparado hasta la entrada de su casa, quedándose quieto mientras sostenía con fuerza la manilla, el dialogo que había planeado paso por su mente, definitivamente no había sido como el encuentro que se había imaginado, pero muy en el fondo, agradecía que el teléfono haya sonado y que el extraño se lastimara, así por lo menos le podría hablar, tal vez no de la manera ideas o más adecuada, pero le hablaría después de todo.
Finalmente movió la manilla y abrió la puerta, dejando ver su jardín, y claro, al extraño casi que agonizando mientras que rodaba en el pasto, ensuciando su ropa con tierra.
Jimin trotó hasta llegar al lado del menor, quedándose parado comenzó ha hablar.
–¡Hey! ¿Estás bien?
El muchacho lo miro con lentitud unos segundos—por un momento hasta se había ofendido por la pregunta—, analizo la situación y se dio cuenta de qué aquel chico era quien habitaba en la casa en la que el agarraba las flores sin permiso. Trato de levantarse para huir, pero fue en vano, ya que se tropezó con sus mismos pies volviendo ha caer, otro gruñido salió de sus finos labios.
Jimin reacciono y lo ayudo ha pararse, pasando el brazo—no lastimado—del menor por sus hombros.
–¿Como te llamas?
El mayor se detuvo a observar al chico, admirando lo precioso que era, aún con cara de dolor y tierra en las mejillas.
–... Jungkook, ¿Y el tuyo?
–Jimin, me llamo Jimin.
Jungkook de igual forma observo a Jimin, y por un momento, su dolor se fue.
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花 (Hana)= Flores.
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hana 花 jikook
Short StoryJimin observaba a ese extraño chico que se dedicaba ha arrancar las flores de su patio.