la persona de los recuerdos

la soledad acompañada

Que persona tan hermosa, me trae tantos recuerdos, específicamente de mis últimos días en aquel liceo donde no la pase tan bien, conocer a esa persona me salvo de muchas cosas secretas, cosas que nunca haría al fin y al cabo. Me recuerda mucho a específicos momentos maravillosos, tan únicos y tan divertidos que quedaran siempre en mi mente, como aquella vez, en el centro comercial, ese día fue realmente especial, era especialmente unida a mi ex novia, aquella que me pidió un tiempo para seguir pensando cosas innecesarias, yo estaba cansado y realmente no me apetecía seguir esperando por alguien que no valdría la pena a la larga, con esta persona tras muchos kilómetros recorridos, aprendí de la nobleza y pureza, de la simpleza y complejidad de las cosas y sobretodo saber sonreír un poco más, tenerme callado tras tantos años me había vuelto algo amargado tras mi soledad, en los inmensos pasillos repletos de tiendas, decidimos comprar galletas, ciertas galletas que carecía de su existencia pero esa persona las destaco deliciosamente, tras largas conversaciones y sonrisas, tras momentos incómodos y necesarios, pudimos denotar que la conexión era real, una conexión que a pesar de que estuviera pasando malos momentos con mi ex me hiciera olvidar de ella y la otra persona de su pareja.

Las cosas a pesar de todo lo pensado, no acabaron como hubiéramos querido, su decisión fue correcta y concreta, como si aquella pista libre y segura se hubiera nublado, pero que aun así te atrevías cruzar porque confiabas en ti mismo, toma mi mano por favor, es lo único que me gustaría tener ahora, no quiero llorar y deprimirme más, mis sentimientos eran reales y justos, lo próximo que ocurriría tras nuestras palabras era el silencio mudo, el silencio sin ruido ensordecedor que te penetraba los oídos debido a lo irritado que estas.

El hermano llego en su auto a recogernos, no pudimos intercambiar palabras, y solo respondí un par de su hermano. Era de noche, una noche algo pesada pero no dejaba de ser agradable, aun estaba al lado de esa persona que en su momento me parecía tan especial. Quería que las cosas siguieran un rumbo pero a mejor, que no se obstaculizaran en simples sentimientos sino a profundidad. Le había preguntado por su galleta, ya que no se la había terminado, me señalo con su dedo índice izquierdo que la tenía en la otra mano donde reposaba en sus piernas, cuando subí la mirada a su cara, recibí una sonrisa de despreocupación.

Tras ese día, no supe más de esa hermosa persona. En redes sociales a veces me la encuentro, y reviso a profundidad si hay alguna foto mía con esa persona especial el cual me seguía equivocando, no lo había.

PARA LA CONSOLA MÁS GENIAL DE TODAS

No sigas olvidando.

Ciertos aspectos de este pequeño relato, son resaltantes falsedades pero con verdades.