~•Richie Tozier y tú•~

•Capítulo 3•

Narra Evelyn (tú)

Ya era la hora del patio. En mi clase me había tocado con el Club de los Perdedores, ¡Que suerte!

La verdad, me había tocado una buena clase, todos eran muy majos conmigo por lo que hice unas horas antes con Bowers, decían que estaban sorprendidos.

- ¡Tíos, tíos!- gritó Richie, le llamé la atención con un ''tosido'' para demostrarle de que no todos éramos ''tíos''- Perdón, tíos y la despistada- rodeé los ojos.

- ¿Que p-pasa Richie?- preguntó Bill.

- ¿Ahora que le pasa a este?- preguntó Eddie rodando los ojos.

- ¿Alguien me puede explicar lo que hemos dado? No me he enterado- dijo Richie colocándose las gafas.

- Estas de broma, ¿no?- dijo Stan cruzandose de brazos.

- No, no lo estoy.

- Haber, ¿de que no te has enterado? Así te lo explico- le dije con una pequeña sonrisa.

- Pues basicamente todo, además, tu no me lo puedes explicar, ya que eres una despistada- me dijo Richie guiñándome el ojo.

- Tozier, eres muy estupido- rodeé los ojos de forma divertida.

- Jajaja, lo sé- dijo con cara de divo.

Estuvimos explicándole a Richie lo que habíamos dado en las clases.

-¿¡Qué!? ¿¡Ya nos dieron deberes y un examen?! ¿Quién fue? ¡Vaya mierda!- preguntó Richie indignado.

- Puso deberes la profe de matemáticas y el examen lo puso el de historia- le explicó Eddie.

- ¿Pues sabeis qué? Me pueden comer los huevos- gritó Richie señalando sus partes.

Todos comenzamos a reír, Richie es muy gracioso.

- Chicos ahora vengo, voy a tirar esto a la basura- dije levantando el envoltorio de mi bocadillo.

- ¡Vale!- dijeron todos al unísono.

- ¡No te pierdas por el camino!- me gritó Richie, ya que me había alejado un poco. 

Me giré y le saqué el dedo mientras sonreía.

Ya había llegado a la basura, la verdad, no había ninguna basura cerca del sitio donde estábamos, así que tuve que ir a una que estaba en un rincón.

Tiré el envoltorio, pero unos gritos me hicieron levantar la mirada de la basura. Era Bowers y sus orangutanes, estaban acorralando a una chica pelirroja. Se veía que no le iba a hacer nada bueno, y menos en un rincón.

Fui hasta ahí, la chica pelirroja se veía asustada, así que decidí ayudarla.

- ¡EH! ¡Bowers!- le grité y el se giró- quita tus sucias manos de esa chica.

- Oh, por lo que veo, tienes una amiguita que se quiere unir a nuestro juego- dijo Bowers poniendo cara pícara.

- Dije que... ¡QUITES TUS SUCIAS MANOS DE ELLA!- le grité.

- Vale, me iré de aquí, pero que conste que si te veo fuera del colegio... Te arrepentirás chica nueva- me dijo Bowers muy cerca de mi cara.

- la chica suspiró de alivio-

- ¿Te hicieron algo?- pregunté muy preocupada.

- No... Muchísimas gracias- sonrió- aunque no lo debiste de hacer, ahora irán a por ti.

- Bah, no pasa nada- le dije sonriendo.

- Soy Beverly, Beverly Marsh- me sonrió- Bev para los amigos.