Capítulo 1

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Era martes por la tarde, me daba mucha vergüenza asistir a mi primera clase en aquel taller de teatro que se situaba a unas pocas manzanas de mi casa, llovía como nunca en Madrid, la calle estaba mojada, con ese singular olor a lluvia que a mí me volvía loca.

-¡Qué ganas tenía de que al fin lloviera mamá!

La madre de Bibian esbozó una sonrisa, a ella le encantaba la lluvia tanto como a su única hija.

-¿Dónde has aparcado el coche?

-Está justo ahí.

Dijo mi madre esbozando una sonrisa.

-Será esta la última vez que te lleve hija, que tienes piernas para andar unas manzanas, además seguro que alguien de allí puede ir contigo.

-Vamos mamá, ni que fuera a hacer allí amigos, con lo tímida que soy y la vergüenza que me da ir...

Los pocos minutos que duró el trayecto los dediqué a estresarme, pues no sabía lo que sucedería en esa clase.

-A las 7 te recojo cariño, un beso.

Mi madre se fue y me sentía atemorizada. Yo no era extrovertida, más bien todo lo contrario, me costaba abrirme con la gente y estaba muy nerviosa.
Caminé, abrí la puerta del local en el que se realizaba el curso de teatro y...

-Querida, la puntualidad es imprescindible en este taller.

-Lo siento mucho, no he podido...

-No te preocupes, por ser el primer día está usted perdonada, que no vuelva a pasar anda.

Me quedé atónita, en ese taller sólo había mujeres y todas con un estilo muy liberal, lo que me transmitía muy buena honda. Me senté al lado de una chica guapísima de ojos marrones y tono de piel oscuro, sus labios eran carnosos y brillaban, parecía que se acababa de hechas gloss, llevaba un moño muy bien hecho y la nuca rapada, su sudadera era de Adidas negra y llevaba también unos vaqueros rotos por todas partes, sus deportivas eran unas Adidas Superstar completamente negras. Pero lo que más le llamó la atención a Bibian fue que llevaba el mismo collar con el símbolo feminista que ella.

-Ese collar está guapísimo nena.

Me sonrojé por las confianzas con las que me habló aquella chica de la que no sabía ni mi nombre. Decidí limitarme a asentir con la cabeza y seguir escuchando a la profesora.

-Bueno chicas, aquí todas nos conocemos, pero hay una chica nueva que va a decirnos su nombre y a presentarse.

Me sonrojé aún más de lo que ya estaba.

-Me llamo Bibian, me podéis llamar Bibi como todo el mundo.

Una chica rubia de ojos azules algo rellenita se giró y me dijo en un tono bajito, casi susurrando.

-No te preocupes tía, Estela es muy buena gente y todas aquí también. Me llamo Lauren

Se acercó a mí más y me susurró al oído.

-Menos esa pava de allí, esa es una gilipollas que acosaba a Andy.

-¿Quién es Andy?

Pregunté esto en un tono  más elevado y se giró rápidamente una chica trans muy guapa, tenía el pelo largo y rizado.

-Encantada Bibi, soy Andy.

Me dio dos besos y me sonrió.

Entonces la chica rubia me volvió a hablar:

-Total, que esa arpía se negaba a tratar a Andy cómo lo que es, una chica y se dirigía a ella como un chico.

-Me parece lamentable, que en el año que estamos haya gente tan transfoba

-Exacto Bibi, mi nombre es Carmen

-Yo me llamo Blue, encantada de conocerte nena.

La chica del collar igual que yo, que en ese momento descubrí que se llamaba Blue había estado pendiente de toda la conversación. Sonreía y podía contemplar su maravillosa sonrisa, tenía los dientes perfectamente alineados, podría mirarla reír todo el día.

Había conocido a tres chicas estupendas; Lauren, la rubia rellenita que me había inspirado mucha confianza, Andy, una chica trans guapísima y Blue, una chica muy extrovertida y feminista como yo.

Al salir, la lluvia había apretado y mi madre me estaba esperando justo en frente de la puerta, Lauren me despidió con dos besos y salí corriendo hacia el coche intentando no mojarme.

-¿Qué tal todo cariño?

-Bastante bien, el jueves empezaremos a interpretar para que Estela pueda ver nuestro nivel.

Íbamos en el coche y vimos como Blue se iba sola, se estaba empapando y solo llevaba puesta la capucha de la sudadera.

-Dile a tu compañera que si necesita que la llevemos.

-¡Qué va mamá! Si apenas he cruzado dos palabras con ella.

Mentí a mi madre porque me daba mucha vergüenza llevar a Blue en el coche, además no la conocía mucho y pensé que sería extraño.

Esa chica despertaba en mí mucha curiosidad, me había caído muy bien y sentía necesidad de verla...

Un Amor de TeatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora