COMENTARIO LITERARIO

SILA COMENTARIO LITERARIO

SALVADOR ELIZONDO

Paulino es acompañado por Leoncio "para encontrar sus pasos muertos, para volver a la tierra de donde vine" él menciona, al pueblo llamado Sila, al llegar sólo encuentran perros flacos, y se le vienen un montón de recuerdos en especial de Bibiana Monteros, la cual era su novia que era pretendida por hombres del pueblo y de su mismo hermano Jacinto un enfermo que al verla desnuda ella siente que la atemoriza con las miradas y él siente que una serpiente lo pica castigándolos por sus pecados.

Paulino recuerda el día en que asesinaron a los ricos del pueblo, encontrándolos colgados y sus mujeres amarradas, en esos mismos árboles el día de la fiesta del pueblo se les olvida a la pareja de novios y él la hizo suya por primera vez, se acordó y comenzó a ver los ojos saltones y a sentir aliento en el cuerpo de ella, a esto cree que su hijo se malogro.

Ese pueblo era el lugar donde sacrificaban cabras de otros lugares y el olor a sangre estaba impregnado por todas partes, por aquello días que eran tiempos de revuelta al no tener cura, y pensar que no había religión llegaron los cristeros comandados por Casimiro Gabaldón y mataron a todos los que encontraron mujeres, niños, a los hombres les mocharon las orejas los amontonaron en el rastro no dejaron a nadie vivo.

El piensa en como esos hombres se llevaron a su novia al rastro y la imagina siendo violada por esos hombres y asesinada al igual que su madre que le habla del más allá pidiéndole que pague sus crímenes cometidos. Su compañero de viaje decide regresar a Talama el pueblo más cercano pero este le responde que no sea rajón, comienzan discutiendo y terminan cuando a Leoncio le atraviesan un machete en el vientre y su caballo huye despavorido.

El sigue escuchando tanto la voz de Bibiana como de su madre la primera le dice como estaba tendida entre la cabras muertas y después todos esos hombres y su muerte cálida y su madre le dice que ya es tarde que no es más que una sombra llena de sangre, que no le pertenece nada, ni su propia muerte.

O=EM