—¡Hyuuung!
El timbre de la puerta principal resuena en toda la casa, Taesun suspira.
—Ya voy.
Se levanta del sillón, con una mueca de flojera genuina en el rostro, y abre la puerta de un tirón, mientras se forma una sonrisa cómplice cuando ve a la persona al otro lado del umbral. La persona fuera levanta la cabeza, y ríe.
—Me perdí.
Taesun se hace a un lado, riendo, y deja pasar al visitante, señalando los sofás, acomodados de manera simétrica en la sala amplia de paredes color crema.
—¿Qué te pasó?
—Me bajé del autobús mucho antes de lo que debía, pero encontré una cafetería interesante, y traje galletas.
El joven se deja caer en uno de los sillones, resoplando, y saca de la mochila negra que acaba de lanzar a su costado una bolsa de papel mediana, estirándosela a Taesun. El ceño de éste se frunce mientras recibe el paquete, y enarca una ceja, mirando a su interlocutor.
—Hoseok, conozco esta cafetería, las galletas no son baratas.
El llamado Hoseok ríe, y se lleva una mano a la nuca, entre avergonzado y no tan avergonzado.
—Bueno, yo no la conocía.
Taesun vuelve a rodar los ojos, y se sienta en el sofá frente a él.
—¿Cómo es que lleves un mes entero en Seúl y no conoces más que la universidad y tu casa?
Hoseok sonríe.
—No necesito conocer más lugares, al menos por ahora.
—Bueno, al menos ya conoces mi casa. Algo me dice que este trabajo nos va a demorar un buen par de semanas en terminar.
Hoseok asiente, sin dejar de sonreír, amable.
—Traje mis apuntes, y busqué algo de información extra.
Taesun deja caer los hombros, y ríe, mirando al techo.
—Hoseok, ¿por qué es que eres tan organizado?
Hoseok ríe.
—Sólo quiero una buena nota en el trabajo.
—Y la vamos a tener. Conozco a este profesor, me ha enseñado antes. No te preocupes. Además, tenemos hasta la mitad del ciclo, nos queda como un mes.
—Sí, sí sé. Es sólo que en mi otra universidad no me iba tan bien, y quiero... comenzar bien, en este lugar.
Taesun sonríe suavemente, y asiente.
—Entiendo.
Hoseok hace una mueca, como agradeciendo en silencio por la comprensión. Taesun se pone de pie, buscando su teléfono móvil en el bolsillo.
—Ahora... vamos a ver por qué el idiota de Yeongi no llega. Como se haya quedado dormido voy a matarlo.
Hoseok ríe desde su asiento, palmeando su muslo bajo sus jeans azul oscuro, al tiempo que Taesun empieza a vociferarle al teléfono.
—¡Yeongi! ¡Idiota, ni me digas que sigues en tu...! Oh. Está bien, iré a abrirte.
Taesun camina a zancadas a la puerta nuevamente, y la abre de un tirón cruzando el jardín y yendo hasta la vereda. Hoseok lo mira con interés desde el sillón, cuando Taesun regresa, resoplando, y deja la puerta entornada.
—Está a una cuadra, y camina como si le pesara la vida entera, ¿puedes creerlo?
Hoseok mueve la cabeza de un lado a otro, compadeciéndose de la frustración del otro.
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laughter lines | HopeV
FanfictionLo que más le gusta a Hoseok son esas líneas que se forman en su rostro cuando él sonríe.