I

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El cielo es gris, cuando Hoseok mira hacia la ventana, y su mente divaga hacia recuerdos no tan añejos que parecen ser traídos adrede. La luz del sol, nula. Las nubes, dormidas. El ambiente, cargado y pesado de una primavera que no llega a ser primavera.

Hoseok es mayor que Taesun, pero menor que Yeongi. La mirada del primero se posa alternativamente sobre sus dos compañeros de clase, uno dormido sobre un sillón y el otro a punto de estarlo sobre otro mueble. Luces de colores brillantes del televisor confunden a Hoseok, la película olvidada, y el trabajo de la universidad más olvidado aún.

Unos pasos silenciosos y quietos como la brisa que no existe llegan a sus oídos, y Hoseok levanta la mirada. Al pie de las escaleras, como un espectro tímido que duda de su propia existencia, está Taehyung, llevando bajo su brazo lo que parece ser una carpeta color azul oscuro.

—Hyung— llama Taehyung, y Hoseok mira a Taesun.

—Está dormido— contesta, en voz baja, temiendo romper la niebla del ambiente.

—Oh.

Hoseok curva sus labios hacia adentro, sin saber qué decir. Taehyung pone un pie en el último escalón, terminando de bajar las escaleras, en medias, las mismas medias infantiles de antes, y se acerca hacia las tres personas en la estancia.

—Tú...

Taehyung habla en voz baja, suave, como si hacerlo le diera miedo. Sus ojos no buscan los del mayor, sus pasos no se dirigen hacia él. Casi como si Taehyung quisiese pasar desapercibido.

—¿Tú sabes sobre química?

La sorpresa de Hoseok no dura mucho. Una brisa se cuela por la ventana entreabierta, y le produce un escalofrío, a la vez que, Hoseok cree, mueve unos cuantos cabellos de Taehyung, al otro lado de la habitación.

—No— Hoseok admite con algo de pesar, porque le hubiera gustado ser de ayuda— Soy pésimo en ciencias. Es más, he aprobado matemáticas sólo con algo de suerte.

Taehyung hace una mueca de resignación, mirando al suelo, y el suspiro que suelta es casi imperceptible.

—Gracias— dice, y vuelve a poner un pie sobre las escaleras.

—¿No quieres ver la película?— ofrece Hoseok, señalando el espacio vacío al otro lado del sillón.

Es ahí cuando Taehyung levanta el rostro por primera vez, y el desconcierto se hace presente en su mirada, y a Hoseok le recuerda los pequeños pájaros que se posan en su jardín cuando hace algo de calor, en busca de descanso, y cuando perciben su humana presencia, se alistan a alzar vuelo otra vez.

Taehyung mira a Hoseok, interrogadoramente, como cuando los pajarillos se preguntan durante una milésima de segundo si el humano a tratar es confiable o representa una amenaza para sus vidas. Cuando el instante ha terminado, Taehyung mueve la cabeza negativamente.

—Debo terminar química.

Hoseok asiente, con una sonrisa amable. Taehyung le recuerda todas las veces en que no entendía sus tareas y buscaba cualquier excusa para dejarlas de lado.

Pero el menor duda en dar la vuelta y seguir su camino escaleras arriba, sumergido en un debate interno entre hacer la tarea de química y ver la película que le acaba de ser ofrecida. La última opción parece antojársele más amena, más segura, menos amenazante, porque sus pies dan media vuelta y camina en silencio hasta el sillón, musitando un "Perdón" cuando su delgado cuerpo cubre la pantalla de la vista de Hoseok.

Taehyung sube los pies descalzos al sillón, abrazando las piernas, en lo que parece un intento de hacerse minúsculo antes la presencia de Hoseok. Su mirada fija en el televisor, sus manos tensas sobre sus pantalones jeans desgastados, su respiración, apenas viva. Hoseok se da cuenta de todo esto, pero no es como si pudiera decirles a los pajarillos del jardín que no deben temerle, que con él pueden estar tranquilos, porque los pajarillos no entienden, y Hoseok presiente que, si lo dice, Taehyung estará aún menos tranquilo.

laughter lines | HopeVWhere stories live. Discover now