él lleva unas deportivas que alguna vez debieron ser blancas.
es el que más tiempo lleva aquí.
ya le queda poco.
cuando llegué, sus deportivas eran tan blancas como su sonrisa.
ahora ya no lo sé, porque ya no sonríe.
él fue el que me explicó, escribiendo en mi brazo con aquel boli robado, que querían quitarnos la felicidad.
ese mismo boli robado suyo es con el que estoy escribiendo.
espero que no acaben con él, no todavía.
espero que no escriba sólo finales trágicos.
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zapatos.
Randomen aquel lugar donde sólo podíamos controlar un aspecto de nuestras vidas, los zapatos hablaban más que las personas.