La apuesta era seguir y no rendirse
La apuesta era dejar ir la tristeza y dejar venir la felicidad
la apuesta era limpiar las lágrimas y cambiarlas por unas sonrisas
La apuesta era dejar ir lo que no hacia bien
La apuesta era no rendirseLa apuesta era luchar
La apuesta era no escuchar las voces en la cabeza que dicen que no cumplas las promesas,
Pero perdiste todas , hiciste lo contrario, todo en viceversa y moriste, por lo menos cumpliste la promesa de desaparecer.