Espejo.

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 Su sangre tibia sale de todos lados y se derrama por mis manos manchándome los muslos y el short, su aliento esta cada vez más dificultoso.

-No quería…- Le repito mientas lagrimas involuntarias saltan de mis ojos como cascadas delatando mi gran falta de valor. Parecía una niña… jajá.

A penas tengo 17 años, ni siquiera cumplo la mayoría de edad y tengo a un hombre en mis brazos muriendo por mi culpa. ¿Qué clase de adolescente soy? Sé que algunos se revelan y todas esas cosas, ese era mi plan, hasta que llegó todo esto… digamos que cambio mi mundo (si es que tenia uno).

 Sus ojos me miran confundidos y llenos de tristeza, no creo que los míos hayan sido diferentes, las mismas dos palabras estúpidas salían filtradas de mi boca como si mi mente no estuviese en este momento. Observaba todo como si fuese la escena de una película o una obra de teatro… como si todo fuese mentira y fuesen otros los protagonistas. Como hubiera deseado eso, y la verdad era lo que siempre hacia… tratar de imaginar cómo sería la escena que seguía, como iba a ser el dialogo o el guion, como terminaría la historia.

-Lo siento mucho…- susurro apretando su mano, la cual se encuentra fría…

El hombre se suelta de mi mano. ¿Quién no lo haría? Es decir, acabo de apuñalarlo. Gime  con gran dolor antes de que su pulso se detuviese por completo y pasara a “otra vida”.

-Lo siento- digo cerrando sus ojos con los dedos. Este era el final de su papel en la obra. Un aplauso y se cierra el telón.

***

Busco en cada bolsillo esperando encontrar algo acerca del paradero de ese maldito, solo quiero encontrar alguna pista para terminar con todo este viaje, porque se que lo encontrare y lo eliminare, el me tiene miedo, había creado un arma letal con la que no podía seguir jugando mas y sabe que tan peligrosa es.

El hombre tiene una chaqueta de cuero negro, me parece linda y el ya no la necesitara; se la quito tirando el cuerpo a un lado, obviamente la limpio un poco y me la pongo. No hay nada de pistas.. Rayos!

Camino un poco por la casa y me encuentro con la cocina. Allí saco el cuchillo y lo observo por un instante, esta cosa con enorme filo brilla de lado a lado demostrando su gran poder; todavía tiene las líneas rojas en ella y como un especie de nervios recorrió mi columna, fue muy raro así que decidí limpiarlo. Por mi hombro miro el cuerpo del pobre hombre… ¿Cómo reaccionaría su esposa al encontrar esa escena? ¿Y sus hijos?... no puedo ni imaginarme tal dolor. Antes de “la Noche”, no era capaz siquiera de ver sufrir a un animal, a veces me doy cuenta de lo que soy pero no puedo luchar contra esto, esto que me domina, es demaciado delicioso el poder. Aun sabiendo que no soy tan fuerte.

Me ire de aqui... antes que termine asesinando a todos. 

Doble filoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora