Steven limpiaba sin cesar los pasillos del hotel Sheeraton como hacía todas las noches por la madrugada.
Era un trabajo duro, pero no estaba mal pagado al ser un hotel de lujo.
Lo malo es que todo tenía que estar perfectamente limpio antes de las seis de la mañana, ya que las actividades mañaneras del hotel comenzaban a esa hora. Pero a Steven le daba igual: tenía un trabajo seguro y nadie le molestaba, y esto último para él, era lo más importante.
Primera parte, espero que les guste, en edición....