d i e c i s i e t e

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—Kian tengo miedo —susurro la pequeña Camila mientras se abrazaba con más fuerza hacia Kian, este me dio una mirada preocupada.

—Ambas tienen que irse de aquí —su voz es seria, pero firme. —Meg, escúchame bien, ve a mi habitación y abre la ventana, mi balcón da al balcón de la señora Mendes, tendrás que brincarlo, ella deja su ventana abierta por emergencias como esta.

Los golpes en la puerta comenzaron a sonar más fuerte haciendo que miráramos a la puerta, mi corazón comenzó a latir con gran fuerza, no tenía un buen presentimiento.

—Llévate mi auto, la puerta principal de la señora Hattaway estará abierta, yo haré que Gerard entre a la casa así ustedes podrán irse. Busca a Greg, él sabrá qué hacer.

Los tres nos levantamos del sillón y Kian me da a su hermana en los brazos quien me abraza con la misma fuerza que abrazaba a Kian, podía sentir el miedo en la pequeña, incluso yo me sentía de la misma manera.

Antes de marcharme Kian me dio una mirada que no supe comprender, podía ver que estaba preocupado e inseguro de sí estaba haciendo lo correcto, este avanzo hacia la puerta, pero detuvo su paso y corrió a nuestra dirección para darme un beso, un beso lleno de emociones que me eran difíciles comprender, le da un rápido beso en la frente a Camila y corre hacia la puerta.

—Cuídense.

Son las últimas palabras que dice, corro en dirección a su habitación con Camila aún en mis brazos, abrí la ventana tal como me explico. El balcón de Kian da justamente al lado de la señora Mendes, por suerte la barrera no estaba tan alta, con cuidado senté sobre ella a Camila y después la brinque, lo cual no fue tan sencillo como pensé que sería, nuevamente tome a la pequeña en mis brazos y abrí la ventana de la habitación de la señora Mendes. No había nadie en la habitación, pero si se encontraba una señora de alrededor de unos setenta años justo cuando llegue a la entrada, la señora nos mira de manera confundida, sobre todo a mí, después de parpadear un par de veces reconoce a Camila y le da una sonrisa amigable.

—Camilita, hola pequeña —la saluda con alegría, Camila se mueve en mis brazos y la coloco sobre el suelo para que después corra a abrazarla.

—Hola Olga —Camila abraza con fuerza sus piernas y la señora Mendes que al parecer su nombre es Olga abraza de misma forma a la niña. Después de unos segundos ambas se separan y Olga me da una mirada amistosa —¿Puedo saber a qué se debe su visita?

Me pregunta amablemente, por un momento dudo en sí debería de decirle lo que está sucediendo y el motivo exacto por el que nos encontramos irrumpiendo en su casa o si debería mentirle al respecto, pero Camila se adelanta y le explica lo sucedido.

—Gerard vino a buscarme, Kian dijo que Meghan y yo teníamos que salir por tu casa para que él no nos viera y así no nos hará daño —dice con voz chillona y la señora asiente con la cabeza mientras asimila la situación, después de unos segundos parece saber con exactitud de que está hablando Camila y la sonrisa en su rostro se borra.

—¡Tienen que irse de aquí rápido! —dice Olga en mi dirección y yo asiento con la cabeza, las tres caminamos hacia la puerta, pero antes de llegar Olga detiene su paso y nos mira a las dos, Camila está a su lado tomando su mano.

—Niñas, no creo que sea conveniente que salgan ambas así de la nada, tomen asiento en el sofá y yo checare que nadie este afuera —asiento con la cabeza pensando que es una buena idea que ella inspeccione que el padre de Kian no esté afuera aún.

Camila suelta su mano y camina hacia el sofá, el departamento es idéntico al departamento de Kian y esta acomodado casi de la misma forma, salvo que los sillones son diferentes. Me siento a un lado de Camila y ella se levanta de su lugar y se sienta sobre mis piernas. Olga parece tardar una eternidad debido al estado de nervios en el que me encuentro, pero en realidad no le toman muchos segundos entrar a la casa, nos da una pequeña sonrisa.

—Tienen suerte, ya no hay nadie en el pasillo, pueden irse —Camila y yo asentimos al mismo tiempo y me levante del asiento con ella en brazos. —Espero poder conocerte en otras circunstancias pronto.

Dice la señora con una sonrisa amigable, vuelvo a asentir con la cabeza, en otro momento quizás diría alguna que otra palabra, pero siento que estas se han ido. Cuando salgo de su casa salgo a un pasillo en el cual hay demasiadas habitaciones, rápidamente hecho un vistazo al departamento de Kian y me doy cuenta que es el departamento 147, Camila señala una puerta al fondo del pasillo, el cual es un elevador, me apresuro a llegar con él, espero a que las puertas se abran y me adentro en él, aplasto el botón que nos llevara hacia el lobby.

Los pocos segundos que estábamos en el elevador me parecían eternos, más bien cada segundo que pasaba, sentía que pasaba con gran lentitud. Las puertas se abrieron y camine en dirección a la salida la cual estaba a mano izquierda, cuando llego al estacionamiento encuentro rápidamente el auto de Kian y subo a Camila en el asiento del copiloto, ajusto bien el cinturón de ella y me apresuro hacia el lado del conductor, hecho un vistazo al edificio como si pudiera ver a Kian pero sé que es imposible, dejo caer un suspiro pesado y subo al auto para después conducir hacia la casa de Greg.

Al llegar a tres cuadras lejos del edificio de Kian, me doy cuenta que estoy conduciendo sin saber con exactitud hacia donde voy pues no tengo ni la menor idea de donde vive Greg, busco mi celular entre mi ropa, pero inmediatamente recuerdo haberlo dejado en la habitación de Kian y maldigo en mis adentros por no traerlo conmigo, así que conduzco hacia los dormitorios de la universidad con la esperanza de que Kate se encuentre en nuestra habitación y sepa que hacer.

Camila no dice ninguna palabra, viene viendo hacia la ventana distraídamente, cuando llego al estacionamiento de los dormitorios, salgo del auto y tomo a Camila entre mis brazos. Me siento más segura al momento de entrar a mi habitación y siento un gran alivio al escuchar la regadera de la ducha sabiendo que Kate está aquí, coloca a Camila en mi cama, pero ella no parece querer soltarme y trata de llorar, así que la vuelvo a tomar en mis brazos.

—Quiero a mi hermano —comienza a llorar.

—Shh...No llores, Kian vendrá te lo prometo —con mi pulgar quito un par de lágrimas de su pequeño rostro, sus grandes ojos me miran insegura. —Voy a llamar a Greg, él sabrá que hacer, ¿Quieres verlo?

Ella asiente con la cabeza y se lleva sus manos a su rostro para tallar sus ojos.

—Q-Quiero que venga ya —dice entre sollozos —n-n-no me gusta estar sola —vuelve a llorar y hago mi esfuerzo por calmarla.

—Te prometo que Greg estará pronto aquí, y Kian también, pero mientras estarás conmigo y mi amiga Kate, ella es novia de Greg —le digo mientras vuelvo a quitar las lágrimas en su rostro. —No llores, yo también estoy asustada, pero sé que todo saldrá bien.

Quisiera poder creer mis últimas palabras sobre que todo estará bien, pero me cuesta hacerlo, no tengo la menor idea de que es por lo que está pasando Kian en estos momentos. Kate sale del baño y nos da una mirada confundida a ambas, Camila ya no está llorando y suelta una pequeña risita al ver a Kate pues esta trae envuelta una toalla en su cabeza y eso parece causarle gracia.

—Hola —saluda Camila agitando su mano en el aire.

—¡Hola! —saluda Kate con confusión, me da una mirada rápida —¿Quién es?

—La hermana de Kian —le digo y ella asiente. —Al parecer el padre de Kian se apareció en su departamento y nosotros tuvimos que salir por el departamento de su vecina para que no nos vea, me pidió que buscara a Greg que él sabrá que hacer, pero olvide mi teléfono y la verdad tengo miedo.

Mi voz se quebraba conforme le explicaba lo sucedido. Kate corrió a abrazarme y Camila recargo su cabeza en mi hombro mientras acariciaba mi cabello en forma de consuelo. Después de unos minutos que me tomo poder recuperarme, Kate hizo su mayor esfuerzo por convencer a Camila para ver una película en su computadora la cual acepto después de varios intentos, recostamos a la pequeña en mi cama y Kate y yo nos dirigimos a la cocina para llamarle a Greg quien dijo que llegaría lo más rápido posible a nuestra habitación.

No tomo mucho tiempo para que Camila se quedara dormida, me acerque a ella con cuidado de no despertarla y coloque una cobija encima de ella para que no tuviera frio. Greg no se molestó en tocar, simplemente entro a la habitación.

—¿Qué fue lo que paso?

Si te enamoras, pierdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora