I

10 4 2
                                    

A  veces  sentimos  que  todo  esta  mal con  nosotros más  aún  así es difícil  saber que  es exactamente  lo que nos sucede, tal ves  sea la sociedad  presionándolos o sólo son deseos  irrefrenables  de hacerle daño a las personas, de acabar con todo a tu alrededor, la gloriosa sensación de saberte  poderoso al tener tus manos  al rededor del cuello de alguien, ser testigo de la dulce agonía que se se presenta del rostro del desdichado, o simplemente, el hecho de disfrutar ver como la sangre se derrama desde tus arterias  con ese corte tan  profundo realizado por ti mismo, ese deseo de autoflajelarse o esa desdicha que el mundo empuja sobre ti, el sentimiento de que no vales nada.

La realidad es que  tal ves sólo  necesitas con quien conversar,  de preferencia  con una persona palpable, muchas veces tu mente es mala consejera, te orilla a cometer actos que no deseas; como la vez que Destrozaste a esa pobre ave, ella no tenía la culpa de que tuvieras un mal día, no para nada ella  era culpable de que las cosas no salieran como  quisiste,  más  aún  así  descargaste  tu   furia  con  ella  apuñalándola  hasta  que  te  agotaste, para  luego quemarla; a pesar de que disfrutaste como el fuego consumía la carne de dicho ser indefenso y mientras sonreías con  tus  manos  cubiertas  por  su  sangre; sentiste  culpa de  asesinar a tu mascota de años, no, seguro no sentiste nada, sólo necesitabas un desahogo y lo conseguiste fácil.

Con todo esto probablemente debas de buscar ayuda profesional, no se tal ves medicación o rehabilitación, tu vida no a  sido la  misma  desde  hace  mucho y  eso se  nota, esa niña que acabo desmembrada sobre tu sofá -de 6 años probablemente-  sólo  jugaba  por  el  parque, pero  a ti te  molesto  su felicidad, si a ti te molesta la felicidad de los demás,  como  los  músculos faciales  se  contraen y  estiran para  formar  una sonrisa, te fastidia, prefieres ver las expresiones de horror, eso satisface tu retorcida  mente, la  agonía que representa  el rostro  de tus  víctimas  y el poderío que consigues con ello;  de hecho desde hace tiempo que te desconozco, antes coincidamos un poco en lo que queríamos, ahora sólo  reconozco  el dolor, la agonía y la  oscuridad  en la que te sumes lentamente y siento como me asfixio con la sangre que has derramado. Insisto en que busques ayuda, aunque lo más seguro que los familiares de las personas que han caído en tus manos no estén de acuerdo, pero tengo la vaga esperanza de que vuelvas a ser la persona de antes, pero es poco probable....

Se despide tu conciencia .

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 21, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ConcienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora