Alas blancas

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Hoy tras volver de la escuela voy al parque de siempre, subo por la calle de las tiendas de comida y llego a mi destino. Un parque en lo alto del pueblo/montaña, lleno de flores ya que estamos en esa época. Correteo entre ellas, flores de color rosa, rojo, amarillo, violeta...todos los colores. Hasta una gran estatua que está en el mirador del parque, allí hay bancos y más flores. Me dirijo a la barandilla de metal que hay, apoyo mis codos en ella y observo el espectáculo de colores que se filtra a través del cielo del atardecer. De mí sale una melodía que cantaban mis padres cuando aún vivían. Unas aves sobrevuelan el parque, me quedo enganchada viéndolas volar y planear por encima de mi cabeza. Mis ojos brillan tras verlas. Unas nubes comienzan a aparecer, símbolo de que es posible que una tormenta comienza, pero en lugar de eso se reúnen todas en un único lugar. De ahí se abre un hueco y una luz me ciega. El resplandor de esa luz desaparece y de el cae una chica. La miro absorta. Cae cerca de aquí, en el lago de abajo del pueblo. Asustada me marcho del parque para ir a por aquella chica. 

Bajo a los pies del pueblo y, corriendo, voy hacia el lago donde reside la chica, actualmente. LLego. Y ahí está, una chica de vestimenta blanca, rubia y alada. Cuidadosamente me acerco a ella. Me agacho y la miro a los ojos. 

   - Hm... ¿estás bien? - susurro con mi delicada voz.

Ella no se mueve. Cojo su mano y la observo. Me fijo en sus alas, captan mi atención. Me acerco sigilosamente a ellas y me arrodillo ante aquellas hermosas y blancas plumas. Las acaricio. Desde el origen de la pluma hasta su punta, así con todas ellas. Hasta que. Un movimiento provocado por ella me hiela. De repente se levanta y me mira. Petrificada le correspondo la mirada.

   - ¿Una niña? ¿Te has perdido pequeña? - pregunta sonriente a pesar de sus heridas.

  - No, te ví caer del cielo. Llamaste mi atención. Y... vine hacia aquí. Tus alas son hermosas.

  - Gracias, tu vestido también es muy bonito. - señala mi vestido amarillo pálido, sin tirantes, corto y lleno de manchas. Debido a mis caídas jugando.

  - Y ¿quién eres?

  - Un ángel. ¿Y tú?

  - Marina, pero me refiero a nombre. ¿Cuál es tu nombre? Seguro que posees uno muy hermoso.

  -Marina, ¿eh? Yo me llamo, Jessvan. Tu nombre si que es hermoso.

  - Muchas gracias señora alada. 

  - ¡Cuidado! - se abalanza sobre mí cubriéndome con sus enormes alas de la caída de una rama grande.

  - Gracias señora alada.

  - Eres linda, Marina.

  - No, tú si que eres guapa. - sonríe.

  - Gracias. ¿sabes qué?

  - Mmm... no ¿qué?

  - De donde yo provengo hay muchos como yo. Me gustaría que vinieses, pero no va a ser posible.

  - Y ¿por qué no?

  - Porque me han desterrado.

  - Espera, espera. ¿Tú vienes del cielo?

  - Exacto - sonríe con sus hermosos rasgos.

  - ¡Entonces has visto a mis padres!

  - Sí. 

  - ¿Cómo están? 

  - Te echan de menos, y les gustaría que fueses muy feliz.

  - Oye la próxima vez que vayas ¿puedes darles una cosa? Ahora mismo no la tengo porque está en mi casa. Pero cuando vuelva la cojo y se la das ¿vale?

  - Pero ya no puedo volver...

  - ¿Por qué no?

  - Me han desterrado, ya te lo dije.

  - Jo, quería que leyesen una carta...

  - ¿Qué pone?

  - Se la escribí el día que me enfadé con ellos y me escapé. Les decía que los quería mucho y que no quería hacerles daño. Dos días después volví y ellos no estaban en casa. Les busqué por todo el pueblo y la gente me dijo que unos lobos entraron en mi casa y se los comieron. Y nunca pude dársela. - sollozo.

  - No llores - dice secándome las lágrimas - todos cometemos errores, como yo.

  - Pero... ¿tú qué has echo? Eres perfecta.

  - No, Marina, te equivocas. Yo... cometí un grave error.

  -¿El qué?

  - Pues, yo asesiné a mi hermana.

  - ¿Qué? - me asusto. Pero sé que ella tendría una buena razón por la que hacerlo.

  - Lo hice porque me delató en una cosa que ella hizo, y para que la gente no la creyese la asesiné inculpándome a mí. Lo hice por ira y rabia. 


Ángel míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora