Cuando llegué no había nadie. Así que esperé. Después de unos minutos llegó Fer.
─Hola─me saludó con una sonrisa.
─Ey─nos dimos dos besos. Me dejó ardiendo la piel que había besado.
¿Por qué me ponía tan nerviosa?
─Cuanto tardan en llegar─dije para empezar conversación.
─Eso significa que estaremos solos─y se acercó a mi. Si ya estaba agobiada por la cantidad de gente que transcurría esas calles, imagínate con su cercanía.
─No, pesado─se empezó a reír─¿Te gusta torearme eh?
─Me encanta─otra sonrisa. Que asquerosamente sexy.
Cogí el móvil:
Judith: ¿Dónde estáis?
Saray: Ya llegamos, diez min.
Diez minutos con el mostrenco este. Miré la gran cola que tenía Gofres Manneken-pis, un lugar muy conocido de la costa, al que había acudido de pequeña innumerables veces a comprar deliciosos gofres, creps, helados... De hecho me apetecía mucho volver saborear un gofre.
─Ajá─me dijo.
─¿Dónde tienes tu apartamento?─pregunté curiosa olvidándome de la gusa.
No me contestó. Tenía la mirada perdida.
─¡Fer!
─Dónde comienza Levante ─contestó despertándose del trance.
─Ah, ¿estás con tu familia?
─Ajá... cuanto interés.─ya está cambiándome de tema.
─En verdad no. Era por tener conversación─se empezó a reír, es verdad, si lo tenía.
Empezó a llegar la gente. Primero Saray vestida con unos vaqueros cortos y una simple camiseta de tirantes negra. Miré mi atuendo y vi que llevábamos lo mismo, a diferencia que mi color de camiseta era rojo. Que bueno. Después llegó Álvaro, Marina y Yaiza. Parece ser que el otro chaval, al que llaman alien no iba a venir. Nos saludamos y fuimos a la playa. Decidimos sentarnos en círculo en la arena y empezamos a hablar para saber mas de cada uno de nosotros. Averigüé que Álvaro venía a Benidorm todos los años como yo, me pareció extraño no conocerle de antes aunque quien sabe si me crucé con él alguna vez; que tenía dos hermanos, que tiene diecinueve años y que habrá estado con mas de cincuenta chicas, menudo pavo. Después habló Marina, era la primera vez que venía y que tiene diecisiete años. Cuando observé que me iba a tocar hablar me levanté y les dije:
─Ahora vuelvo─me dirigí a la orilla, me quité las deportivas y metí los pies en el agua, estaba buenísima. La verdad, no me apetecía contar nada, tal vez mañana sí, pero por el momento me estaba acomodando al nuevo grupo.
─¿Te bañas?─me preguntó Saray de repente.
─Uy─dije desprevenida─no, no me he traído el bikini.
─Que mas da tía, en sujetador.
─Ni de coña, se me transparenta todo.
─¡Venga tía! Yo me voy a bañar─me dijo sonriente.
─Bueno... si acaso cuando sea mas de noche─que más da, por un día...
─¡Sí!
Me giré y vi a Fer quitándose la camiseta mostrando su torso bronceado. Madre mía.
─¡Me piro!─ gritó y vino hacia nosotras─¿Os metéis conmigo?─dijo sonriente mirando mis pies descalzos.
─Ahora vamos ─ contestó Saray por mí.