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Hansol no tenía nada que le gustara en particular. No había disfrutado de la vida como corresponde debido a su complicada condición cardiaca, la que lo habia mantenido en el hospital los últimos 7 años de los 17 años de vida que tenía.

Su corazón no funcionaba bien, por lo que en cualquier momento si su pulso se aceleraba y no tenía la asistencia correcta podría morir, es por eso que estuvo 7 años esperando un transplante de corazón.

Desde niño, sus padres nunca lo habían dejado tener emociones fuertes ni ejercitarse mucho, por lo que Hansol nunca había practicado un deporte, nunca había ido a la playa, nunca había visto una película de horror y por supuesto nunca se había enamorado.

A pesar de que sus padres eran ricos, todo el dinero que tenían no podía ayudarlos con la condición de su hijo, por lo que intentaban tenerlo en las mejores condiciones posibles en la clínica.

No le disgustaba la navidad, pero tampoco le llamaba la atención en particular.

No le desagradaba el chocolate, pero tampoco se sentía feliz al comerlo.

No odiaba la primavera, pero tampoco le emocionaba la llegada de aquella estación.

Para Hansol, vivir no significaba nada.

Pero aún así, quería experimentar cosas simples; ir a la escuela, tener amigos, ir a un parque de diversiones y todas esas cosas que para cualquier personas son comunes.

—Hijo, ¿Estás bien? — La madre de Hansol tomó la mano de su hijo firmemente, estaba preocupada.

—Doctor, ¿Podría repetir lo que dijo, por favor? — A Hansol le pareció haber escuchado algo imposible.

— Hemos encontrado un donante, tu cirugía está programada para hoy dentro de dos horas.

— Está bien doctor, gracias. Estoy bien madre, no te angusties.— Hansol se mantenía serio.

Hansol finalmente podría ser un adolescente normal

~•~

Su familia estaba ansiosa en la habitación, esperando que recuperara la conciencia después de la cirugía.

Mientras se recuperaba de la intervención, Hansol tuvo un sueño.

Era como estar viendo desde los ojos ojos de alguien más.

Estaba en un cuarto desconocido, nunca había estado en ese lugar. Era un lugar cálido y acogedor. La ventana estaba abierta, una brisa primaveral inundó la iluminada habitación. Vio el espejo que había en la habitación y efectivamente ese no era su reflejo, era el reflejo de un chico desconocido.

Estaba en la azotea de un edificio muy alto con varios chicos, era de noche. Pero el espectáculo de luces que le regalaba el paisaje nocturno de la ciudad lo conmovió.

Estaba en un campo de flores que le pareció hermoso, el sol estaba radiante.

Estaba en un aula en una escuela, tocando el violín. Pudo oír una bella melodía, esa persona sabía tocar muy bien.

Vio a un pequeño cachorro color blanco en un parque, con el que jugaba muy animado. Una sensación de ternura y alegría llenaron su corazón.

Estaba en una playa, con los mismos chicos de antes. Algunos jugaban en el agua pero él estaba haciendo figuras en la arena con el resto del grupo.
Miró al frente y vio como los chicos que estaban en el agua gritaban un nombre animadamente mirándolo para que se les uniera a jugar:

Seungkwan.

— Hansol, hijo.. —La voz de su madre se oía lejana. —¿Te encuentras bien?— Pero cada vez podía escucharla más cerca.

Your Heart  |  Verkwan  |  OneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora